Mi otra naranja

C A P Í T U L O 3

Min YoonGi.

Explicar mi sentimiento sería demasiado largo para hacerlo entender con pocas palabras, le expliqué a TaeHyung que lo ocurrido con Jimin no era más que un error y el me creyó con su inocencia y pureza de sentimientos.

Eso amo de él, la pureza con la cual interactuamos todos los días, prometí no hacerle daño, no corromperlo y fallarle, me es difícil aceptar que soy algo diferente a lo que cree de mí, no soy como TaeHyung. Puede que no sea perfecto he inocente al igual que él, pero sé que puedo mejorar en nuestra relación.

Sus labios han tocado los míos dejándome un sabor a cereza, son tan suaves que encajan a la perfección en los míos, su cabello liso y suave me provoca a enrredar hebras por mis dedos y desordenarlos.

Sus manos, delicadas y delgadas hacen erizar mi piel cuando la roza, mis vellos de la piel se ponen de punta en cuanto toma mi rostro para besarnos con amor y sinceridad, su aura con la mía es tan grande que transmite el amor a quién sea y no era por presumir pero somos la pareja más hablada en el instituto.

Su cara, acanelada y radiante con aspecto de niño me obliga a cuidarlo a como me dé lugar, sus ojos color miel y las pestañas largas, resaltan lo grande de sus ojos sin necesidad de maquillaje, sus lunares adornando tu tersa piel condena a quién lo mire.

Su cuerpo delicado y frágil, me gusta a tal grado de protegerte sin que nadie te toque, eres mío y todos debían saber eso ahora, las miradas que te lanzan me ponen celoso queriendo ocultarte en mi jaula y llevarte a todas partes demostrando que eres de mí propiedad, esas piernas que veo descubiertas a la hora que te pones un pantalón corto me matan, finas y sobre todo muy bien resaltadas, sin ningún rastro de vello o cicatriz de algún golpe o accidente.

Sigo maravillado por tal persona a mi lado, ese eres tú, ese es mi Kim TaeHyung.

—Hyung ¿Aún sigues en la tierra? Te he llamado dos veces y no me has contestado, si hay hormigas en el césped podemos ir a otro lugar.— dijo el menor acostado en mi pecho disfrutando del aire y tranquilidad debajo de un árbol.

—No es eso, sólo pensaba en si este día realmente está pasando, se siente tan irreal que tengo miedo de despertar.— suspiré cuando el frágil cuerpo se levantó del mío teniendo que hacer lo mismo en el acto.

—¿Quieres la mitad de mi naranja?— sonrió alzando el trozo de naranja dulce sin semilla alguna.

—Ya la tengo a mi lado.— su sonrojo fue lo más tierno en mi vida, tomé el pedazo de naranja llevándolo a mi boca, tomé su rostro y lo besé sintiendo su esencia y la mía combinarse en una sola.

—Ahora estamos unidos TaeHyung.— dije en un susurro contra sus labios sin soltar sus manos unidas a las mías.

—Somos una naranja ahora.— comenzó a reír abrazando mi cuerpo.

Lo amo y no dejaré está oportunidad.