p a r t e 2

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    Me acerqué por la 98 hacia Battles Wharf, disminuí la velocidad y, después de casi veinte minutos de espera, pude conseguir detenerme junto a la entrada del gran lugar y al salir le lancé las llaves a un valet que tiraba baba desde que me detuve a tomar mis cosas del coche. Espabiló y estuvo a punto de tirar la llave al pasto húmedo.

   Al salir, el aire frío erizó la piel que se asomaba del ajustado vestido, pero me sentía como diosa al caminar con toda la atención sobre mí. A mi parecer, exageraba, muchas veces, sin embargo, a más de alguno se le iba la mano y se volteaba apenado al darse cuenta de ello. Esta noche me parecía un poco menos exasperante que todas las veces anteriores.

   Luces neones de color rosa y azul iluminaban el sendero a la entrada y las fuentes que lo rodeaban; junto a la puerta, se alzaba un hermoso letrero que, en un par de trazos, presagiaba algo increíble. Satan's Muse se alzaba presuntuoso frente a mí. Un edificio que parecería más bien tradicional, algo más como una casa club al borde de la costa de Point Clear.

   Había conocido al cadenero, Marco, un par de noches antes en un pub, se sentó junto a mí y fui la primera en ofrecerle un trago; hicimos migas desde el primer minuto y me sorprendió bastante al mostrar nulo interés en coquetear, fue una larga charla acerca de vagos temas que nos hizo reir a carcajadas. No quedamos para salir, pero unos minutos después de salir del lugar, recibí un mensaje suyo invitandome a pasar por el lugar. 

   Lo saludé y cuando la fila observó como abría la cadena para permitirme pasar, un bullicio de descontento se dejó escuchar; el simplemente rió e hizo como si realmente no interesara. El clima dentro seguía bastante relajado, las salas acomodadas perfectamente al rededor de la pista estaban todas a tope y flotaba un tanto de humo, de lo que dudaba, fuera tabaco.

   Me senté en un banco de la barra para comenzar mi análisis del panorama. Me dirigí al barman solo para pedir soda y comencé mi búsqueda. No tardé en enfocar mi objetivo, sentado en el lounge más alejado del dj, casi en penumbra y con la vista perdida en el mar iluminado por los neones de la terraza.

   En contexto: Charles Black. Sus padres eran retirados y vivian de su Club de golf, situado casi a una cuadra de aquí, él, heredero al trono. Clásico zoquete, rodeado de chicas mucho menores, amagando los tragos para asegurar su siguiente víctima. 

   Mi plan era sencillo, necesitaba obtener de él, que al parecer manejaba todo aquí, la ubicación de la carrera que sucedería esta noche. Había escuchado ya a algunas chicas hablar de él, a Marco le molestaba su existencia, ya que constantemente les causaba problemas en el lugar. Me acercaría a obtener lo que quería y me retiraría del lugar, si todo iba de acuerdo con lo planeado.

   Bajé del banco asentuando mis pasos al ritmo de mis caderas, caminé en su dirección y centró sus ojos en mi. Me analizaba de arriba a abajo, repasando ciertos detalles, con un dejo de incomodidad. Abrió un lugar a su lado al verme llegar.

   —Escuché que estarías aquí— dije acercándome a su oído. La piel de su cuello se erizó. 

   —Escuché que la nueva me estaba buscando.

   —Los rumores corren aquí.

   —Y que lo digas—. Había recuperado su postura y su rostro un poco más juguetón. Me rodeó con el brazo —. Y ¿Qué haces por aquí?

   —Escuché que, después de venir, irías a la carrera ¿Dónde será esta vez?

   —¿La carrera? Inicia en Homestead y la 98', termina en Bishop Road ¿Por qué la pregunta? ¿Irás a verme?— dijo tornando su voz un tanto más grave de lo usual.

   —Quiza iré a aplastarte— dije mordiendome un labio. El rió. Se acercó a mi boca y yo insinué lo mismo, entonces, cuando estabamos a la distancia perfecta para respirar el aliento del otro, me levanté y caminé en dirección a la pista. 

   —¿A dónde vas? — Dijo algo alterado, enrojeciendo.

   —Obtuve lo que quería— dije con la misma voz juguetona. Si las miradas mataran, no estaría contando esta historia.

   Llegué al centro de la pista y el calor comenzó a subir. Vi a un chico que se aproximaba bailando en mi dirección. Mi cabello parecía resplandecer con las luces estroboscópicas del lugar. 

   Se detuvo frente a mi y comenzamos a bailar al mismo ritmo.







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⏰ Última actualización: Jun 29, 2018 ⏰

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