Oía voces, me resultaban muy familiares, pero no las reconocía. Intenté descifrar que decían.
-¿Pero que hacíais allí?- preguntó una voz
-Nada ya te lo he dicho-respondió otra voz, parecía molesto
-Si, nada. Seguro que os estabais fumando uno o dos cigarrillos-hubo una pausa-¡Joder tío! Que es asmática,¿En que estabas pensando?La dejo unos minutos sola y pasa esto
Se oyó un sollozo, intenté abrir los ojos, pero no lo conseguí. Ahora el sollozo se convirtió en llanto seguido de un portazo.
En ese momento sentí como alguien me cogía la mano, de nuevo, intenté abrir los ojos. Nada, no tenía fuerzas.
-Lo siento-se oyó
No dije nada, no podía, mi cuerpo no me respondía
-No debería haberte gritado, ni siquiera tendría que haber dejado que te llevaras ese cigarrillo a los labios y mucho menos dejar que corrieras tanto
Fue cuando los recuerdos acudieron a mi mente, el ataque, la pelea...y la certeza de que iba a morir.
Mis ojos se abrieron de golpe, encontrándose con esos ojos azules que tan bien conocía.
-¿Que ha pasado?-pregunté, molesta por la mascarilla de oxígeno que me tapaba la boca y la nariz.
Él pareció dudar
-¿Hasta donde recuerdas?-preguntó suavemente
Forcé mi memoria al máximo hasta que ya no pude recordar más.
-Me llevabas en brazos
El asintió, como si también estuviera recordando lo que pasó
-Te llevé corriendo hasta la calle y unos colegas míos que me interceptaron por el camino llamaron a la ambulancia. Por suerte llegó muy rápido y el tipo que nos atendió tenía pinta de novato. No nos preguntó que que hacíamos allí cuando tendríamos que estar en el instituto ni porque apestábamos todos a tabaco.
Cerré los ojos y lo oí coger aire.
-Te quiero-susurra muy bajito
Abrí los ojos de golpe y lo miréis,en efecto, esos ojos me enamoraron hace tiempo.
Me quité la mascarilla de la cara e intenté incorporarme. Gemí de dolor, me ardían los pulmones. Él me volvió a tumbar y a colocar la mascarilla en su sitio. Yo lo miré con ojos de cordero degollado, intentando en vano que me dejara quitármela.
Él no me la quitó, solo me miró y suspiró.
-Y-yo también te quiero-logré tartamudear al fin.
Se giró de golpe hacia mi, tenía los ojos húmedos. Yo le intenté sonreír, una sonrisa triste y cansada, que se asemejaba mas a una mueca que a una sonrisa, pero llena de cariño, no de amor.
Se abrió la puerta y apareció Sebas.Parecía enfadado, pero en cuanto me vio despierta sonrió, una sonrisa de oreja a oreja, que dejaba ver todos sus dientes.
Cuando se puso a la altura de Henry hizo ademán de tocarle el hombro, pero él se apartó antes de que pudiera hacerlo y se marchó de la habitación, parecía enfadado por la interrupción de Sebas.
Me acarició la mejilla con suavidad.
-¿Como te encuentras?-en su voz había un deje de preocupación.
Intenté responderle, pero no me salían las palabras. Negué la cabeza, dándole a entender que no me encontraba bien. Frunció el ceño, claramente preocupado.
Esta vez cuando me acarició la mejilla cerré los ojos y me dejé llevar por los tentáculos del sueño, que me arrastraron hasta que no vi a Sebas y me insonorizó del exterior. Encontrándome con mis peores pesadillas, que parecían haber vuelto con más intensidad si cabe desde la última vez que tuve una
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traiciones
Teen FictionUna chica llamada Valeria se ve superada cuando se encuentra con un misterio mas antiguo que la vida misma. Su primo no es de mucha ayuda y antiguos amigos le harán la vida imposible. Gente que creía que le apoyaba la traicionarán y se tendrá que en...