cap 11_ Clandestino

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En la empresa Meier incorporation todo era un lugar de silencio y a la vez especulaciones

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En la empresa Meier incorporation todo era un lugar de silencio y a la vez especulaciones. Muchas personas habían escuchado lo ocurrido, Rosario estaba furiosa, espero y espero, su jefe nunca apareció, ya había arrasado con todo su escritorio. Pilar no iba a ganarle, buscó todos los CDs que la asistente tenía en una caja y los cambió por unos donde no había nada grabado, sonrió divertida al empezar a divertirse con el computador de Pilar.

-Una contraseña nueva?__ alzó ambas cejas leyendo lo que estaba en la pantalla__ yo creo que sí

Entre esas dos mujeres se estaba desatando una batalla campal, Rosario acabaría con ella y solo estaba dando el primer paso.

Tomó su bolsa y salió a paso lento de la oficina, mañana sería otro día. Definitivamente no estaba midiendo las consecuencias de sus actos, lo único que pensaba era en cómo desaparecer de su vida a Pilar.

----------------- Al día siguiente--------

Pilar.e

Con pesar abrí mis ojos, quería llegar a mi casa y dormir mil años seguidos. Volteó a mi costado y veo a mi jefe durmiendo con total tranquilidad, claro, ahora sí dormía,me quité su brazo de encima, con total sutileza me levanté de la cama.
Tomé mi ropa interior y salí en busca de comida, después de un rato por fin encontré la cocina.
Esa nevera explicaba muchas cosas, muy lejos de toda aquella comida que acostumbraba a comer. Desayuné con total tranquilidad, todo estaba bien hasta que en mi pierna vi un morado...No, no era un morado, tenía chupones en varios lugares del interior de mis piernas, mis muslos estaban marcando el recorrido de la noche, el muy cabron sí que marcaba territorio. Adiós a los vestidos por unos días.
Sentí su presencia, respiré profundo al sentir como se acercaba.

-Tenemos que ir a la empresa

-Bien, en cuanto estés lista saldremos, bajas unos metros antes _ Le sostuve la mirada, él rodó los ojos y bebió de mi jugo__ no podemos llegar juntos a la empresa

-Eso no pareció importante ayer__le recordé quitándole el vaso de zumo de naranja__ no puedo ir con ese vestido hecho pedazos.

Lo meditó unos segundos ladeando su cabeza. Me dedicó una sonrisa y tomó asiento. No me jodas, si pusieran lo bien que se ve así, recién levantado, su abdomen al descubierto y su voz ronca.
Aparté la mirada de todo él, Eduardo miró mi plato y luego a la cocina. Suspiré y fui por su desayuno, recibí una nalgada al levantarme, volteó rápidamente y con sorprendente rapidez me toma de la cintura da un cabezazo hacía mi buscando mis labios, me me hago hacía atrás evitandolo, toma con su mano libre mi cabeza y me empuja hacia él. Ese paraíso e infierno mismo estaban en sus labios, sentía sus grandes manos recorrer mi espalda y apretar mi cola. Podía jurar que lo divertía sentir como vibraba ante su contacto, como perdía toda voluntad imposible de ocultar. Toda tranquilidad se fue al diablo cuando se levantó de aquel taburete haciéndome prisionera de la pared y su cuerpo. Lo deseaba, toda esta enfermiza aventura me gustaba. Los besos fueron aumentando, todo lo prohibido ahí estaba, su boca recorría cada centímetro de mi cuerpo.
Me estaba invadiendo de una forma demasiado brusca, lo que faltaba para despertar del todo.

Rompiendo Tus ReglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora