Capítulo 1

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10 de Junio 2017

Trabajos, proyectos, ensayos. No puedo más, creí que esto iba a ser más sencillo. Definitivamente crecer no es sencillo.
Estoy con mi ordenador manteniendo un videochat con Louisa, mi compañera de literatura, para ver como carajos terminamos un ensayo del curso.

-Ni siquiera hemos discutido las conclusiones y ya quieres irte del chat.- me reprende Lou al otro lado de la pantalla.

-Hemos estado toda la madrugada en esto, dame un respiro. Son las 10 de la mañana. - me quejo dándole mi rostro más adorable a Lou - aparte es viernes. Quiero un poco de libertad, porfiiiis.

Junto mis manos en modo de súplica esperando su respuesta.

-Eres insoportable- me dice riendo.

- De acuerdo, vete a hacer cualquier estupidez, nos hablamos más tarde para terminarlo.- me dice antes de cerrar el chat.

Apenas el rostro de Lou sale de mi ordenador cierro rápidamente Skype y entro a mi red para hacer amigos Balxba y le doy play al botón azul mientras busco a un posible amigo, novio, esposo o acosador.

Después de ver unas cuantas cosas desagradables, chicos diciéndome que andaba mucha ropa puesta. Chicas que me insultaron, bailes extraños, mensajes pasados de tono o simplemente incoherentes. Estoy a punto de cerrar la ventana cuando otra transición se cuela.

-Demonios ¿Cómo va esto?

Mis ojos van directamente a la persona que lo ha dicho y estuve a punto de lanzar mi lapto del escritorio.
No porque él fuera desagradable físicamente , era todo lo contrario. Simplemente quería votar mi lapto por estar en pijamas, a las 10 de la mañana, frente a un chico malditamente sexy y eso que aún solo había visto su cabellera y sus enormes brazos. Culpa del gimnasio a diario, supongo.

El chico, el cual aún no me había visto ya que estaba tecleando, levanta su mirada y al verme una sonrisa radiante se asoma entre sus labios.

Me quedo helada sin saber que hacer o decir.

-Espero que no seas una grabación.- Dice burlon mirándome fijamente

Solo logro morderme el labio porque no sé que coños hacer y cuando estoy nerviosa muerdo o lamo mis labios.

-Demonios creo que estoy en el chat equivocado.- Dice sacudiendo su camiseta.

-Disculpa disculpa- aah soy una imbécil.

-Descuida tía, no hay problema. - dice levantado sus palmas al aire sin perder su sonrisa.

Oficialmente matame...¿en serio dijo tía? me vuelven loca los españoles y desde que vi a este noté la palabra europeo escrita en su frente. Y ahora dirán, ¿Cómo coños lo adivinaste? Pues, los españoles tienen ese efecto fulminante en mi.
Y este chico me aniquiló tan solo ver su cabello y grandes brazos desnudos.

-Vaya un español- le digo tomando un poco de valor.

-Si un español y tú una latina.- dice levantado sus cejas con semblante seguro.

Su respuesta me sorprende y lo reflejo en mi rostro.

-¿Como supiste que soy latina?

-Piel de un blanco cálido, cabello negro abundante, mirada juguetona, labios de infarto y no quiero describir demás atributos que estoy viendo ahora en mi pantalla...

-Oye...- rápidamente pongo mi mano en el escote de mi blusa. La realidad es que su descripción me ha acalorado un poco. Por dicha creo que no lo ha notado.

Suelta una carcajada por mi reacción y mira hacia arriba poniendo su mano sobre sus ojos.

Diablos que sexy es y que linda sonrisa.

-¿Bueno si si, soy latina, dime de que país? - lo miro de manera retadora, se que le va costar.

Me mira en silencio unos segundos, toma lo que parece su móvil y empieza a teclear.

¿Que? Ahora se pone a textear, que falta de respeto.

-¿Y bien? - le preciono.

-Costa Rica - dice mirándome fijamente.

Que demonios, mi rostro se ha puesto de piedra.

-No me jodas ¿que clase de brujería practicas?

-La brujería de los detalles- me giña un ojo y se acomoda en su asiento.

Miro a mi alrededor, y lo veo, mi maldito letrero colgado en la pared. "Pura Vida Mae"

-Eso ha sido trampa- le digo tratando de poner cara de enfada pero fallo y una sonrisa brota de mis labios.

-Si vale, he hecho trampa pero ha valido la pena.

Es demasiado tierno, no puedo dejar de mirarlo.

-¿Y como te llamas?

- Hannah y tú eres...

-Santiago- él estrecha su mano hacia el monitor de forma graciosa y desearía tocarla, no tienen idea de cuanto lo desearía. Devuelve su mano rápidamente y pregunta con semblante serio.

-¿No eres muy chica para hablar con un viejo como yo? Dice para después retener una sonrisa al ver mi cara de desconcierto

-¿De... de que me hablas?- digo muy extrañada.

Mayor que yo, quien se cree, piensa que tengo 15 ¿o que?

-No soy una niña- respondo rápidamente para aclarar su duda.

- No creo que lo seas- dice con una mirada juguetona mientras se acerca al monitor. - Adivina mi edad querida Hannah porque yo sé la tuya- me dice guiñandome el ojo.

Suelto una sonora carcajada con su confección.

-Oh no jamás como vas a saber la mía, estás de broma .

-22- dice apenas termino lo dicho.

Mi rostro ha de ser un poema.

-Creo que es hora de marcarle al FBI.- suelto sin pensar.

Y ahora es él el que ríe a carcajadas.

-Es trampa, juro que es trampa. - digo mientras me volteo a buscar algo en mi habitación y ahí está, las fotos de mis amigas donde en una estoy con una tiara sobre mi cabeza, sujetando el número 22 en formas de globo.

-¿Cómo supiste que la foto era reciente?

-No lo supe, solo jugué a mi suerte- dice llevándose las manos por detrás de la nuca.

Maldición, sigo recalcando, que buenos brazos.

-Entonces por qué dices que estoy muy niña para hablar contigo, acaso tienes 102 años y eres un vampiro?

Su sonrisa burlona me fastidia un poco pero sigue siendo maldita mente sexy.

-Deja de leer tantas historias fantasiosas querida Hannah

-Quién te dio permiso de tener tanta confianza conmigo.

Ahora soy la que me burlo un poco de él.

-Vale vale, me ha quedado claro que te he fastidiado un poco con mis "predicciones". - dice rascándose la barba poniendo una finjida cara de arrepentimiento.

-Tu arrepentimiento ha sido más falso que mi broma, pero ya vamos al grano, que edad tienes.¿Puedes ser mi sugar daddy? - le digo mirándolo seriamente.

-Demonios no tengo tanto dinero para ser tu sugar daddy- dice golpeando con fingida frustración su escritorio.

-¿24?

-Ya quisiera yo tener 24.

-27- digo un poco nerviosa.

-No Hannah- dice sin mostrar ningún sentimiento en su rostro.

-Ni siquiera tienes el rostro de un hombre con 27. Sinceramente estoy asustada.

-Buenos genes quizá- gira en su silla de escritorio viendo hacia arriba.

-¿Y entonces...?

-Tengo 30 Hannah, no creo que entre en la categoría de sugar daddy pero puedo serlo si me lo pides.- Dice dibujado otra sexy sonrisa en su rostro mientras fija su mirada en el ordenador nuevamente.

No Hables Bajito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora