N a c h o [Parte 2/3]
Toqué la puerta esperando a que me abrieran. Mi corazón latía rápido por el nerviosismo que me causaba el no saber de Mauro. A los segundos de los golpes, la puerta hizo el ademán de moverse, y detrás de esta apareció el chico que tanto me había preocupado.
No dijo nada, yo tampoco.Solo se lanzó a mí y empezó a llorar en mi hombro. No me restí. Lo abracé lo más fuerte que pude, y puse una mano en su espalda dandole a entender que lo apoyaba.
Soltó unos pocos jadeos más, y luego se alejó dandome a entender que pasara. Lo vi un poco, y luego le limpié una gota que caía por su mejilla.
Le sonreí con compasión, y él hizo el intento de devolverme la sonrisa.
(...)
Mi bolsillo empezó a sonar, y rápidamente me apresuré a contestar para que no hiciera más ruido.
— ¿Ignacio? ¿Donde estás? Hace media hora que llegué a nuestra casa...
— Perdón bebé, estoy en la casa de lit.
— ¿Mau?.— Asentí, aunque no podía verme.— ¿Qué haces allá?
Miré al chico que estaba durmiento tranquilamente en mis piernas. Sonreí.
— Venite, después te cuento.