Epilogo

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Barcelona, 16 años después

Estaba lloviendo en la ciudad de Barcelona ese 21 de junio, todo indicaba ser un mal día. Solo ayer había habido tres asesinatos, cinco robos y un secuestro.

Claro nada de eso había llegado a los oídos de la hija menor de los  Malik, para ella lo más importante era decidir entre usar una chaqueta rosa o un suéter amarillo para ir a recoger a su hermano del aeropuerto. Hace como tres años que no venia al país, exactamente desde que cumplió 18 y decidió mudarse con sus mejores amigos y su prima a Los Ángeles, algo que claramente molesto a Triana pero no se interpondría entre la felicidad de su hermana mayor. Ella sabía cuánto había odiado mudarse y dejar a todos sus amigos, a pesar de que estos lo visitaran como dos veces al año.

Triana, en cambio, amaba con su vida Barcelona, había viajado incontables veces a otros países pero ninguno se comparaba a su país de nacimiento. Allí era popular, linda y todos estaban a sus pies, además de tener a la mejor amiga del mundo.

–¡Triana baja en este instante!–la pelinegra rodó los ojos al escuchar a su madre, la cual para su opinión, era una exagerada con la hora. Sin más decidió ignorarla y seguir maquillándose, no iba a permitir que los paparazzis le tomaran fotos a alguna espinilla.

–¡Triana no te lo vuelvo a repetir!–volvió a insistir la señora Malik.

–Es insoportable–murmuro la adolescente cansada de los gritos.

Bajo guardando todos los cosméticos en su bolso despotricando contra su madre y su desesperante puntualidad.

–¿Sabes que van a tardas más por migración, no?–pregunto la adolescente acercándose a su madre.

–No contradigas a tu madre Triana–el señor Malik entraba en escena alcanzando a las dos mujeres de su vida.

–Papi los asientos de mi jet son beige cuando dije que los quería rojos–fue lo único que respondió nuestra mimada futura protagonista mientras hacía un puchero, los cuales eran la debilidad de su padre.

–Ya llamó para que los cambien–dijo Zayn mirando a su pequeña de 15 años. Daría todo el mundo por ella y si ella quería asientos de oro, ella los tendría.

–Vámonos de una vez–apuró la castaña de ahora 41 años rondando los ojos, a veces pensaba que Zayn consentía demasiado a Triana pero no podía decir nada pues ella hacía lo mismo con Jasón cuando esté era un adolescente.

La adorable familia salió de su humilde mansión ubicada en Pedralbes, la zona más exclusiva de toda Barcelona. Algo era seguro, los Malik sabían como vivir la vida.

En el auto, Triana terminaba de organizar la fiesta de fin de curso, desde que estaba en secundaria la fiesta de fin de curso era en su casa, algo que molestaba enormemente a sus padres pero por sus buenas notas nunca se negaron. Tenía que tener todo listo antes de que Jasón llegue, el chaperón de la fiesta. Sus padres siempre se iban a un hotel ese día para no aguantar, sus palabras, a adolescentes hormonales y ebrios.

Cuando llegaron, los paparazzis ya estaban esperando, los tres suspiraron con cansancio, todavía no sabían cómo se enteraban de todo. Aunque los padres de Triana sabían que era mucho más moderado que cuando vivían en Nueva York, algo que siempre le recordaban a su hija menor, con la esperanza de que no se mude como su hermano.

Instagram 2 || Zayn MalikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora