Sensaciones

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Cerró la puerta de su habitación y se sentó el la cama.
Suspiro por la fatiga y decidió de restar allí por algunos minutos más.
En general su día no fue tan malo. Más o menos.
Las primeras lecciones fueron aburridas, excepto por la de arte y música, las únicas soportables para ella, aunque ella sobresalía otras lecciones también.
Acarició su violín, este gesto le hizo volver el deseo de tocarlo. Cada vez ella se sintiera cansada o triste, ello era el instrumento que tenía el poder de hacerla sentir mucho mejor, en ello podía expresar sí misma: sus emociones, su sensaciones, su estado de ánimo.
Ni las personas podían ayudarla cuando se sentía triste, entonces Michiru casi siempre se cerraba en su habitación y tocaba hasta tarde.
Michiru concentraba sus problemas en el instrumento, había la capacidad de cambiar el tono de la melodía segundo como se sintiera.
Michiru tocando habló de sus inseguridad, de su indecisión, sus miedos...
Inicialmente la melodía parecía más triste, cadenciosa, y fuerte.
Todo cambió cuando desde la ventana abierta entró un aliento de viento bastante fuerte, pero aún delicado, casi como una caricia a su rostro.
La melodía se hizo más dulce al pensamiento de aquella chica que con la simplicidad y inocencia de sus palabras la había hecho sonrojar de aquella manera.
Si, una chica. Por lo menos eso era lo que su compañeras le dijeron.
A ella no le importaba, nunca eso le había sucedido, era todo nuevo a sus ojos.
Suspiro pensando en lo que sucedió algunas horas atrás.

Todo sucedió en un instante: se encontró frente a los ojos verdes más bellos y profundos jamás vistos, que nunca olvidaría.
Era como si el mundo se fue pegado. Todo lo que podía mirar eran esos hermosos ojos, como si sus muslos rechazaban de obedecer.
Michiru no sabía cuánto tiempo se quedaron así: una mirando los ojos de la otra.
Michiru registró la sensación de esas  delicadas y fuertes manos en su espina, quienes enviaban escalofríos en toda esa.
Su misterioso salvador aún llevaba el casco en su cabeza, pensó que era hermoso.
Sólo cuando no podía mirar más a esos ojos realizó que estaba de nuevo en pies. Y realizó que en pies ella era mucho más bajo que este chico.
Michiru vio en sus ojos un parpadeo que no pudo explicar cuando la miró, entonces el habló.
"Debe ser más cuidada cuando intentas de fugar desde esta escuela." Dijo guiñando un ojo.
Michiru sólo lo miraba encantada.
"Ehehe, lo siento, el hecho es que no miraba adelante, lo siento mucho." Dijo bajando la cabeza.
El le levantó la cabeza agarrándola por la barbilla, y aún más ella se perdió en la intensidad de esos ojos.
"No necesitas disculparte. Tal vez esa fue una fortuna que te encontré, ahora soy convencida que ésa escuela no será aburrida." Dijo sonriéndole y entrando en la escuela acariciando su mejilla.
Y Michiru restó así, roja como un tomate y en su pensamientos.

Michiru no avisó del hecho que se quedó dormida. Y lo hizo con un hermoso sonrisa en su labios, tocando con su manos los lugares adonde la pelo rubia había dejado 'el calor de sus manos'.

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Algunas horas antes

Haruka desvío su mirada desde la profesora quien estaba haciendo lección y prefirió mirar hacia la ventana.
'Pero era bastante linda' pensó.
'Pecado que parecía pequeña.' Continuó a pensar, no avisando de la profesora quien estaba tratando de ganar su atención.
"Tenou, ¿¡pero a que pensabas?! Debes escuchar a la lección." Dijo ella enojada.
"Yo pensaba en cosas muchos más interesante de su lección, profesora." Dijo ella con mucha arrogancia.
"Fuera, ahora mismo." Dijo ella indicando a la puerta.
Haruka no dijo nada, sólo salió de la clase.
Y apoyada a la pared regresó a su pensamientos.
De repente alguien se acercó a ella.
"¡Hola Tenou! Cómo estás, ¿de nuevo expulsada de la clase?" Dijo casi riendo.
"Yo no riera así si sabía que en unos segundos te quitaría este sonrisa, Makoto." Dijo con falso enojo.
"¿Ah si? ¿Y que me haría la grande Tenou?" Dijo riendo.
Haruka sólo sonrió.
"Que te sucedió en serio, ¿estas bien?"
"Uhm, si no te preocupes." Haruka se mantenía en el vago.
"Bueno Haruka, si te ocurre ayuda, sabes que yo soy tu amiga." Makoto le sonrió y se dio vuelta caminando hasta su clase.
"Ya lo se, hasta luego." Le dijo deslizando su mirada.
Trató de pensar que esta no fue un malo día, pero no pude evitar pensar que para ella no existen otros días que malos.

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Michiru se levantó desde la cama y realizó que eran las seis en punto de la tarde.
'Rayos' pensó cuando se recordó de su encuentro con su amiga a el bar.
Pensó que había solo 30 minutos para ser lista por su cita.
Se duchó velozmente y se fue a cambiar de vestuario.
Realizó que había solo 15 minutos más y que no podía perder más tiempo, desde debía vestirse y maquillarse.
Debían encontrarse fuera de el bar por las seis y treinta de la tarde para pasar una placentera noche a divertirse, en más esa era la posibilidad para Michiru de conocer alguien. ¿Y quienes podría ser más cualificado de Minako Aino para hacer esto?
Michiru sonrió en frente de este pensamiento, aquella Minako era realmente una chica simpática.
Fue Minako que la advirtió que 'el chico' ella encontró a la entrada era la bellísima y imposible Haruka Tenou.
Bellísima y imposible, ¿porque? Se preguntó más de una vez. Pues decidió de remover esa pregunta y sobra todo el rostro de Haruka desde su mente y finalmente prepararse.

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Cuando saludo sus padres, salió de la casa, caminando hasta el lugar.
Pues algunos minutos arribó y la primera cosa que la atrajo fueron las luces y la música a alto volumen.
Pensó por un momento a como debía ser este lugar a la media noche.
"Ehi, ¡Michiru!" Dijo una voz a su espaldas.
"Hola Minako." Respondió Michiru.
"Te veas muy bien esta noche. ¿Lista?" Dijo con una hermosa sonrisa en su labios.
"Muchas gracias, tú también estás hermosa."
"Por supuesto, esta noche haría caer cada hombre a mis pies." Era muy convencida diciéndolo.
Michiru solo río. "Bueno, ¿porque no entramos, reina de la fiesta?" Dijo Michiru riendo y abrazando a Minako.
"Vamos."

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Eran las nueve en la noche cuando entró en el bar, tenía ganas de divertirse, y decidió que así será.
Miró como algunas chicas empezaron a mirarla con ojos soñadores y que literalmente hablaban.
Decidió de ignorarlas acercándose a la mesa para ordenar algo de bebida.
Fue un instante: sus ojos pasaron de algunas chicas bailando a una en particular.
Sus ojos se ensancharon por el asombro.
Primera miró aquella chica que encontró a la escuela, pues constató que estaba hablando con un chico.
'Ella sólo podía ser heterosexual.' Pensó.
Sólo cuando estaba por salir del lugar, miró el chico que tentó de besarla, y como ella lo rechazó.
Pero pues el chico...
ella no resistió más.

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"¿¡Cómo pudiste?! Te dije que no." Dijo enojada.
"No lo puede saber si no probas."
"No quiero." Dijo firmemente.
Cuando el intento de nuevo, sintió como una mano a su espalda lo bloqueó y instintivamente se firmó.
"Ella te dije que no." Dijo en tono serio.
"Y-y tu ¿que haces aquí?" Dijo Michiru con un poco de rubor en sus mejillas.

Notas: tenté de escribir algo interesante, hazme saber si lo he gustado, y se lo has hecho toca a la estrella aquí abajo. Gracias por leer y hasta luego!

El confín del deseo y el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora