Capítulo 4

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Eran casi las siete y treinta de la noche cuando Candy miró el reloj por vigésima vez, Albert se estaba demorando...debería haber llegado hace media hora. Había estado esperando la llegada de Albert desde la mañana...cuando él le dijo que vendría a verle en la noche. Respiró hondo y se concentró en las verduras que estaba picando...aunque no debería preocuparse, cuando él decía que venía, venía...y cuando no podía le mandaba un recado...aunque si lo pensaba mejor solo hubo una vez que no supo nada de él en todo un día...

Había sido aquella vez que él enfermó y su corazón había empezado a latir a un ritmo diferente...

"...Albert se había dormido toda la tarde, y cuando despertó dijo que se sentía un poco mejor...

-Será mejor que me vaya, es muy tarde – dijo Albert mientras se ponía el abrigo

-Abrígate bien, y toma muchos líquidos

Él había sonreído y se había encaminado a la puerta.

-Vendré a verte mañana.

-Si. Cuídate – respondió conteniendo las ganas de levantar la mano y acariciarle la mejilla

-Lo haré, no tienes de que preocuparte. – le sonrió con ternura.

Candy le vio subirse al auto y alejarse en la oscuridad de la noche desde su ventana sintiendo que una parte de su corazón se iba con él...

Al día siguiente, era sábado y lo había esperado todo el día con impaciencia, imaginándose lo peor a medida que pasaban las horas...pero él nunca llegó. Estaba a punto de ir desesperada a la mansión a preguntar por él...cuando había llegado Archie.

-Siento mucho venir tan tarde Candy. – se había disculpado.

-No es tan tarde Archie. – había contestado con una sonrisa, aunque con una incomprensible desilusión en su rostro al ver que era Archie el que había venido y no Albert.

-Es que Albert me pidió que te avisara que no podría venir a verte porque el doctor le recomendó guardar reposo, al parecer tiene una infección en la garganta...y antes de venir, fui a visitar a Annie, no pensé en demorarme mucho pero me invitaron a comer y luego al té y se me pasó el tiempo sin darme cuenta.

-Si es muy tarde - le dijo con cierto reproche – Mejor cuéntame cómo esta Albert

-Parece que aun tenía un poco de temperatura.

Candy quería verlo, necesitaba verlo, ansiaba verlo.

-¿Crees que pueda ir un ratito a visitarle?

-La tía abuela lo está cuidando personalmente...por eso no pudo venir, no le dejó levantarse de la cama – le comentó - Pero no creo que te niegue la entrada... - meditó Archie.

-¿La tía abuela le está cuidando? - preguntó con una mezcla de celos y sorpresa, ella quería ser la que cuidara de él...como antes...como siempre...

-Si

-Será mejor que no vaya...seguro la tía abuela no querrá que lo vea.

-Yo, le avisaré a Albert que estás en la mansión, para que la tía abuela no se entere...y puedas verlo sin ningún problema.

Candy se lo pensó un poco, le tentaba mucho la idea de ir...pero...sabía muy bien cómo era la tía abuela...

-No, mejor no. Solo dale mis saludos a Albert y dile que se cuide...

-Se lo diré...

-Pero que sea hoy, no mañana – le advirtió.

-Jajaja - rieron juntos

EN CONTRA CORRIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora