Capítulo 18

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Yang era amarrado en su propia oficina, Daesung y Ji Yong lo maniataban mientras Seung Hyun miraba por los grandes ventanales de la habitación hacia el mar, allá estaban los cinco barcos piratas acercándose.

Después de escapar de Growl, mientras iba rumbo de vuelta a Nirilia, el Bigbang se volvió a encontrar con sus colegas piratas cuando hizo una parada en un puerto no oficial, allí los cinco capitanes llegaron a un acuerdo, ayudarían a Seung Hyun a escapar a cambio de Yang, la idea original era llevárselo con ellos y sacarle toda la información posible sobre lo que había pasado con la tripulación del Suju, si no sabía nada podían usarlo para extorsionar con una recompensa en información a la Marina. Pero si Yang no mentía y a quienes buscaban estaban prisioneros ahí mismo, debería reformular su plan ¿para qué quería llevarse al jefe de la marina si podía llevarse a sus amigos?

Dejaron al jefe de la marina atado en su oficina con la boca vendada y lo escondieron debajo de su gran escritorio, si tenían suerte lo encontrarían cuando los barcos ya estuvieran lejos de tierra.

— ¿Qué haremos? — pregunto Daesung a TOP, el plan era escapar con Yang mientras que SeungRi y Taeyang hacían lo mismo con los hermanos, pero los planes habían cambiado.

— Debemos ir a las mazmorras, si este maldito no miente y están ahí, no podemos dejarlos — estiro su mano y tomo firme la de Ji Yong, Dae afirmo con la cabeza, tomó su pistola y salieron con cautela de la oficina.

— — — — —

Mino bajaba unas oscuras escaleras aun disfrazado de guardia de la Marina, preguntó argumentando que era nuevo y aún no conocía bien el lugar, de esa forma logró encontrar las mazmorras, el lugar era muy frío, las paredes oscuras estaban húmedas y el olor a moho a ratos se hacía insoportable.

Al terminar las escaleras se encontró en un pequeño pasillo, una puerta de metal al final y dos guardias frente a ella que parecían aburridos, jugaban a las cartas en una pequeña mesa de madera, levantaron la vista cuando vieron al moreno acercarse.

— ¿Quién eres? — pregunto el guardia que más rápido se levantó.

— Yang me envía... — respondió Mino sin pensarlo mucho — dice que ya pueden irse.

— ¿Solo uno? ¿Por qué? — hablo el mismo hombre incrédulo y con razón, las órdenes directas del jefe habían sido tener al menos dos guardias ahí todo el tiempo.

— Pueden irse — las manos de Mino sudaban y su corazón estaba acelerado — es lo que dijo, mi compañero viene en un minuto.

— Espera... — se acercó el segundo hombre quien lo miraba directamente a la cara — yo te conozco...

El hombre lo miraba a la cara tratando de recordar donde lo había visto antes, abrió grande los ojos cuando cayó en cuenta que lo había visto en la prisión hace un par de días, atrapado tras los barrotes de una celda, pero fue muy tarde para hacer algo al respecto un puñetazo fracturo su nariz antes de darse cuenta de que ocurría, dio varios pasos atrás mientras sentía la sangre caliente correr por su rostro y un tremendo dolor en la cara.

El otro hombre se lanzó sobre Mino al ver como golpeaba a su compañero, trato de inmovilizarlo, forcejearon un momento, cayeron al piso, el moreno estaba atrapado, su espalda contra el piso, el guardia más robusto y fuerte sobre él, paso todo en solo unos segundos.

— ¡Maldito! — grito Mino tratando sacar al otro que se había acomodado a horcajadas sobre su estómago, fue callado con un golpe sobre su boca, en seguida se mareo y sintió en sabor de la sangre sobre su lengua.

Betta TurquoiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora