Capítulo 20

436 41 86
                                    


Un bote avanzaba lentamente en la penumbra, Ji Yong en la punta miraba alrededor extrañado, el lugar estaba muy húmedo y frio, su nariz dolía en cada respiración por la gélida atmósfera.

— ¿Debería tener preparada mi espada? — pregunto mirando a Seung que impulsaba el bote remando muy lentamente, apenas podía verle, la tenue lampara en la embarcación alumbraba vagamente el lugar.

— Claro que no, este es el lugar más seguro del mundo — y le sonrió a lo que el menor solo pudo distinguir sus dientes blancos.

Esa mañana habían bajado solos del Bigbang hasta el bote, luego atravesado un banco de niebla y finalmente encontraron una pequeña isla que se veía muy lúgubre, toda de roca, Ji dudo que existiera vida en ese lugar, a lo lejos no se veía ni un poco de verde y estaba cubierta de densas nubes que no dejaban paso a los rayos del sol. Se acercaron a la isla y entre las rocas se internaron en una abertura, una cueva enorme, Ji escuchaba a ratos uno que otro chillido, adivino que la cueva estaba llena de murciélagos. A donde sea que viera lo único que veía era negrura, en el agua debajo de él, incluso aldelante, temía que por la falta de luz de pronto chocaran de frente con una pared de roca.

Cuando Seung Hyun era solo un adolescente, perdió a su padre y este con su último aliento le entrego un mapa, el mapa de aquello increíble que no se podía contar, que se tiene que ver para creer y que oculta el secreto de los extraños poderes de Seung Hyun, aquella era la isla marcada en ese mapa, Ji Yong esperaba al fin ver aquello tan secreto que su amado le había ocultado.

Seguían avanzando suavemente, Ji Yong en un intento por ver el fondo del agua y descubrir que tan onda era miro hacia abajo del bote, las ondas que dejaba la barcaza eran lúgubres y por un segundo lo hicieron sentirse mareado, pero su mareo se disolvió cuando una luz se vio a través del agua, una sombra se movió debajo de ellos a toda velocidad, en su cuerpo llevaba algo brillante que se vio por tan solo un instante en la superficie.

— ¡Seung! — exclamo el más joven y miro hacia el otro — ahí algo allí abajo.

— Si — sonrió radiante — son peces, saben que alguien viene y van a advertirle a sus amos.

— ¿Qué? — pregunto Ji más enojado que confuso, ya estaba en la estúpida isla de la que tanto alardeaba Seung Hyun, ¿por qué rayos no le hablaba claro de una vez por todas?

— No importa, ya lo veras, no pasa nada.

Seung dejo de remar, mordió su dedo con una mueca y dejo un par de gotas caer, luego se agacho y hundió su mano en el agua para que sanara. Miro al más pequeño que seguía con una marcada expresión de molestia en su rostro.

— Si no lo hiciera nos atacarían, voltearían el bote y nos devorarían.

— Que lindo... que bueno que es el lugar más seguro del mundo...

— Lo es si vienes conmigo — y le guiño un ojo mientras tomaba los remos una vez más, eso molesto más a Ji, parecía que su tonto novio disfrutaba verlo totalmente perdido en una fea isla escondida quien sabe dónde, ya comenzaba a pensar que solo lo llevaba ahí para violarlo, no para mostrarle algo increíble.

— ¡Oye Seung! Ya quiero volver, estoy muriendo de frio y... — Ji no pudo seguir hablando, el bote se meció obligándolo a afirmarse de ambos costados para mantener el equilibrio, al agua alrededor de la madera estaba salpicando, eran criaturas marinas moviéndose demasiado cerca, reaccionando a la sangre real en el agua.

— Solo un momento más mi amor, casi llegamos, te gustara... — y volvió a sonreír, suerte que Ji Yong no tenía nada cerca para lanzarle en la cara y borrarle su sonrisa pedante.

Betta TurquoiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora