1.Capítulo
Y de repente te empiezas a dar cuenta de que las cosas han cambiado desde la última vez que te miraste al espejo. Que aquella chica dulce y educada se a esfumado. Que ahora tan solo eres una adolescente más, que se la suda todo, que se echa medio kilo de maquillaje, que sólo piensa en chicos.
Mi historia comienza aquí.
Mi nombre es Samantha, y soy una adolescente de 15 años más en este mundo.
Ojala pudiese decir que soy feliz, pero no lo soy, sinceramente. No desde aquel día en que me mudé.
Yo era una niña, popular, guapa. Tenia amigos por doquier. Todos me querian, hasta aquel odioso día.
Habia tenido recital de música, junto a todas mis amigas, y volvía a casa, con mi padre, cuando de repente el coche cayó ladera abajo.
Lo único que recuerdo despues fue levantarme en el hospital. Mi madre estaba frente a mi. Las lágrimas negras por el exceso de maquillaje le caían por los mofletes.
-¿Qué ocurre mamá?
-Hija... no se como decirte esto... Veras, tu padre y tu tuvisteis un accidente ayer por la tarde y tu estas a salvo, pero tu padre...- y comenzó a llorar más fuertemente, sin poder respirar, y cayo al suelo. El médico dijo que se trataba de un ataque de ansiedad. en media hora se encontraba bien. Bueno, bien...
Al acabar el colegio, mi madre me llamo a reunirme con ella en el comedor.
- Samantha, ya tienes 10 años, a si que supongo que tendras conciencia y mentalidad suficiente como para entender esto. Veras, yo sola aqui no puedo con todo, hay demasiados gastos y no lo puedo pagar todo. He encontrado una casa muy barata en un pueblo a unos 100 km. Nos mudamos.
" ¿Cómo? No puede ser. Mi vida, todo. Ni pensar. ¿Qué será de mi? Bueno, quizas todo sea igual.