Parte sin título 2

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Capítulo 2.

Empecemos con todo.

Luego de ambas muchachas, se despidieron de sus padres y quedando que al día siguiente revisarían las reglas de la apuesta, Martha y su esposo se dispusieron a finalizar todos los últimos detalles y no dejando ningún cabo suelto.

Su idea era aceptar todas las condiciones que platicaron, pero con algunas condicionantes sobre los límites de su libertad, ya que la mayor ya contaba con un permiso provisional de manejo.

Martha: Bueno amor, creo que de este modo. Sea quien sea que gane, tendrá límites y pues el último punto creo que es el más importante.

Arturo. En el caso de que necesites ayuda, como le vas hacer? Recuerda que la vez pasada te ayudo tu hermana, pero ahora que tiene dos hijos.

Martha: No te preocupes, que me ayude a cuidar dos bebés más no le molesta.

Arturo. Crees, que realmente es bueno no involucrar a tu mamá, en todo este asunto.

Martha. Si, sabes que ella cuando toma una decisión no hay modo de cambiarla.

Arturo. Bueno, como tú decidas. Espero que esta vez, sea yo el que te ayude y no tenga ningún tipo de viaje fuera.

Martha. Y porque no pides tus vacaciones. Sabes que ya tienes derecho y realmente me conviene que estes conmigo, ya sabes para que tipo de cosas.

Arturo. Lo voy a pensar.

Mientras tanto, las dos chicas cada una en su respectivo compromiso seguían pensando cómo actuar, con referencia a todo.

Penélope (pensamiento): Creo que me precipite un poco, no hubiera importado que la suba a las redes sociales. Total, todavía éramos niñas muy pequeñas.

Artemisa (pensamiento). No, puedo echarme para atrás, esa foto jamás debe salir a la luz. Por lo que sucedió, minutos antes de regresar a mi ropa, solo ver la foto me hace recordarlo.

Alan. Penélope, que te pasa. Te noto muy distraída.

Penélope. Nada, no es gran cosa. Que me decías.

Alan. Si, te comentaba que vamos hacer durante las vacaciones de verano.

Penélope. Si mira, con referencia a eso, te digo hasta el último día. Ya que creo, que vamos a viajar con nuestros papás.

Minutos antes, cuando recién salían de su casa plantearon la excusa perfecta en el mayor de los casos en fallar.

Artemisa. Sabemos, que podemos. Pero por si acaso, les decimos que nos vamos de viaje todos en familia.

Penélope. Me parece bien.

Regresando a la realidad.

Alan. Bueno, cualquier cambio me avisas.

Artemisa. Chicas, les confirmo el último día si me dejan ir con ustedes a la playa.

Amigas. Si está bien.

Ya más de noche, de regreso a su casa; ambas muchachas fueron a sus respectivos cuartos y donde cada uno tuvo un sueño muy particular.

Sueño de Artemisa.

Mamá. Que linda mi Arte, mira como chupa su dedo. O creo que alguien necesita un cambio, ya está muy mojada.

Artemisa. No mamá, no soy un bebé. Déjame!!!

La Apuesta 2: Todo o nada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora