La Apuesta 2: Todo o nada.

Capítulo Extra. Final Sol.

La tensión se vivió unos minutos, cuando se escuchó el sonido del metal con el suelo. Se agacharon todos a revisar la moneda y ganó la abuela.

Martha Claudia. Bueno, una apuesta es una apuesta. Ya cenaron?

Martha. No, todavía.

Martha Claudia. Pidan pizzas, yo invito. Otra cosa, creí que eran los pequeños los que se habían hecho, pero me equivoque. Yo las voy a cambiar a ellas, mientras ustedes, se ponen sus pañales.

Claudia. Pero, madre.

Martha. Claudia. Te subo la apuesta, si pierdes te visto y te trato como a Artemisa y Penélope.

Claudia. Olvídalo.

Después de la cena, mientras todos estaban en la sobremesa.

Martha Claudia. ¿Quién empieza?

Martha. Yo, hijas. El lunes de la semana pasada.

Ambas. Sí.

Martha. Recibí una llamada de la escuela, resulta que las dos tuvieron promedio de 100 perfecto, lo que arrojó la calificación de Penélope, fue un defecto en el sistema. Decidí callarme y seguir con esto, lo siento.

Artemisa. ¡Qué! Nos obligaste a seguir con esto, a pesar de que lo sabías.

Penélope. Ya basta, mamá. Hay algo que tienes que saber, yo obligue a Artemisa a que sufrieramos una pequeña regresión forzada de edad, para comportarnos como verdaderos bebés y no solo eso, lo que pasó en el centro recreativo, no fue un accidente.

Artemisa. Papá, yo siento lo que tú ya sabes. Y otra cosa, he estado teniendo accidentes nocturnos una que otra vez.

Penélope. Por eso, las veces que entraba a tu cuarto olían demasiado a perfume.

Martha. Bueno, en este caso. Yo ya había eliminado la foto y Artemisa, lo de tus accidentes ya lo sabía, nada más quería saber hasta cuando me lo ibas a decir y no solo a ti te está pasando. Verdad, Penélope.

Penélope (toda roja). Lo siento.

Martha Claudia. Bueno, creo que con esto todos aprendimos una valiosa lección y para ver que cumplan su parte de la apuesta, me voy a quedar en el cuarto de Penélope hasta el viernes.

Martha. Está bien, mamá.

Penélope. Y nosotras donde vamos a dormir.

Artemisa. Creo que yo sé dónde.

Penélope. Ok, tienes razón, puedo usar mi celular?

Mamá Claro nuestra apuesta ya terminó.

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ABDL TOGETHER, OTAKU FOREVER.