"Y desde la primera vez que la ví supe que de alguna manera u otra, ella cambiaría mi vida."
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Irene salió de su departamento esa mañana con prisa. Al alejarse de este, se acomodó el flequillo para que tapara su rostro dañado. Caminó hacia su favorita cafetería la cual asisitía con frequencia, y al entrar tomó asiento. Esperó a que la atendieran mientras su mirada se perdía en algun punto del local.
–Hola, mi nombre es Seulgi y seré su mesera.– Irene no miró directamente a la chica pero sí ladeo un poco la cabeza para mirarla de reojo. –¿Esta lista para ordenar?
Irene asintió. –Un café con leche y una dona galseada.
–Okay, ¿Nada más?– Irene niega y la chica se va luego de decir, –Lo traeré enseguida.
Ella no sabía que había hecho mal como para terminar en esas condiciones. Alzó su mano y rozó el moretón que llevaba en su ojo derecho y el corte en su labio. Sehun la había vuelto a golpear luego de llegar a casa borracho y drogado. Según el, ella lo estaba engañando ya que la encontró hablando por telefono cuando llegó, pero ella solo hablaba con su hermano, pero claro, el no le creía. Terminó por golpearla y tener sexo con ella a la fuerza.
Pero esa mañana Sehun se disculpó, dijo que iba a cambiar. Ella sabe que mentía, pero aún así lo amaba y ciegamente creía en sus palabras.
–Aquí está su orden.– La mesera, Seulgi, dijo posando su pedido frente a ella. Irene le agradeció en voz baja.
Seulgi la miró curiosa y tocó su hombro para llamar su atención, pero nuevamente Irene no la miró.
–¿Te encuentras bien?– le preguntó y Irene la miró por un segundo pero fue suficiente para Seulgi notar sus heridas. Tomó asiento frente a Irene y esta bajó la mirada.
–Sé que no me conoces, ni sé tu nombre pero si deseas hablar aquí estoy para escucharte. No estas sola.– Seulgi dijo y Irene la miró con ojos llorosos y asintió.
'Quizás ella me entienda.'
