Una vez en casa de Seulgi, la chica buscó ropa y acompaño a Irene al baño, prendió la ducha y dejo la ropa sobre el lavamanos.
––Iré a prepararte algo de comer. Si necesitas algo, grita.–– dijo y salió del baño.
Irene se desvistió y miro en el espejo los golpes que traía decorando su palido cuerpo. Su abdomen estaba practicamente morado de todas las patadas que le dio Sehun. Bajo la mirada y se metió a la ducha.
Luego de ducharse, vestirse y comer, Seulgi le preguntó si se sentía cansada y Irene asintió. Seulgi puso los platos en el lavamanos y tomó la mano de Irene llevandola al cuarto.
––Tu te puedes quedar aquí, yo duermo en el sofá.
––No.–– Irene la detuvo antes de que se fuera. ––Quedate conmigo, porfavor.
Seulgi asintió y luego de que vio a Irene meterse a la cama apagó la luz y imitó a la chica. Se sorprendió al sentir los brazos de la chica rodear su diminuta cintura pero no dijo nada ya que solo quería que Irene se sintiera comoda.
––Si te sientes incomoda me lo dices.
––No es nada, Irene. Me gusta estar así.–– Seugli dijo y Irene se levantó para mirar el rostro de la chica. No se veía mucho, pero la luz de la luna era suficiente para poder verla.
––Gracias Seulgi-ah. Por todo.–– Dijo y miró los labios de Seulgi antes de juntarlos con los de ella. Seulgi correspondió el beso hasta quedarse ambas sin aliento. ––Buenas noches.
––Buenas Noches, Irene.
