Mala suerte

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Sin duda, este había sido el peor viernes que Tsukishima hubiera tenido alguna vez.

Para empezar, su alarma no sonó y Akiteru lo levantó recién 5 minutos antes que empezaran sus clases. Por ello, no pudo ir junto a Yamaguchi a la escuela y se perdió el entrenamiento matutino.

También, por haber salido apurado de casa, olvidó un trabajo que su fecha límite de entrega era ese día.

Luego, en el almuerzo, se dió cuenta que su envase estaba vacío y en la tapa había una nota:
Ni mamá ni yo pudimos cocinar, te daré dinero antes de que salgas de casa ~Akiteru
"No lo hizo"

Pasó ambos recreos con su novio, y pensó que eso lo haría sentir mejor, pero Yamaguchi no le dió la mano ni lo llevó a algún lugar donde podrían besarse, que era lo que hacía normalmente.

Por último, al entrar al gimnasio en la tarde, le cayó un pelotazo de Hinata en la cabeza, quién estaba practicando con Kageyama.

En pocas palabras, Tsukishima estaba con un aura que asustaba a cualquier ser vivo en 5 metros a la redonda.

No respondía ni atacaba bien, y cada error o palabra él lo interpretaba con mayor magnitud, ya que era cegado por su rabia y frustración. Lo único que quería era desaparecer.

Poco a poco, su mirada molesta se tornó triste y su mente no paraba de atormentarlo. "No puedo llorar solo por un mal día. No y no." Pensó dándose cuenta que sus ojos estaban acuosos.

Era obvio que todos notaban su extraña actitud, pero no preguntaban ni miraban demasiado por no causar incomodidad; por lo que, rogaba que no se dieran cuenta de eso.

Se quitó los lentes y subió su camiseta hasta su rostro simulando secarse el sudor. Nadie debía verlo así.

Una mano se posó en su hombro cuando seguía con la cara escondida "-Tsukishima, si quieres ve un rato a los vestidores" era la voz de Daichi.

"-Tómate el tiempo que quieras" le siguió la suave voz de Suga.

Dos ángeles que aparecieron en el momento oportuno. El rubio agradeció y se marchó.

Al poco rato, Tadashi se intrigó por la ausencia de su novio y decidió ir a verlo.

"-¿Tsuki? " preguntó al abrir y no encontrarlo "-¿estás aquí?"

Atrás de la puerta, Kei estaba pegado a la pared. Agarró al pecoso del brazo, sorprendiéndolo, y lo jaló hacia él para poder cerrar la puerta. En aquel momento no lo resistió más, lo abrazó con todas sus fuerzas y se puso a llorar como no hacía hace mucho tiempo.

Quería liberarse de toda esa presión. No había nada de malo, a veces era necesario llorar para poder seguir adelante. Para poder dejar atrás las energías negativas.

"-Tsuki" no paraba de decir Yamaguchi en forma de consuelo y se aferraba más a su cabeza acariciando sus cabellos. "-Todo está bien."

...

Horas más tarde, ya nadie se encontraba en el gimnasio aparte de Yamaguchi, quién se quedó a practicar saques; y Tsukishima, quién lo esperaba sentado en las gradas de afuera.

"-Disculpa la demora" le dijo Tadashi sentándose a su lado "-¿vamos a ir a tu casa hoy?"

"-Si, si quieres" respondió quitando sus audífonos.

"-Claro que quiero" se inclinó y lo besó en los labios con intensidad "-Y además, espero no ayudarte solo a levantar el ánimo" volvió a besarlo y le dió una mirada pícara.

"-Cállate Yamaguchi" rodó los ojos y no pudo evitar reír un poco por su atrevimiento.

"-Gomen Tsukki" sonrió también.

Un regalito:

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Gomen, Tsukki!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora