Había una vez dos hermosas criaturas de luz y oscuridad, un pegaso blanco bueno y justiciero y un cisne negro cruel y despiadado, los dos eran los guardianes de la balanza entre el bien y el mal; eran totalmente opuestos, los dos peleaban por tener...
Capitulo 3: Inicia el reloj. La vida y la muerte se entrelazaran en la realidad
La música resonaba por los pasillos de Guidecca, en una habitación perfectamente iluminada, una hermosa muchacha de catorce años bailaba con elegancia ante los ojos fríos de su padre. Su vestido rojo, sus zapatillas rojas y su cuerpo blanquecino se movían por todo el salón al compás de los instrumentos. Sus pies parecían flotar sobre el piso y la precisión de sus pasos era impecable, todo un show admirable de ver.
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Esa hermosa adolescente seguía bailando con una elegancia admirable, dando piruetas en un solo pie o saltando por los aires, haciendo que su falda flotara y le diera una imagen delicada, que su cuerpo flotaba sobre el suelo volando por el salón en pequeños y grandes pasos.
Tras un salto grande impulsada por su pierna derecha mientras que la otra sale estirada y su cuerpo gira, cambiando la cadera y la otra pierna se eleva mientras esta baja para aterrizar. Mas su pierna con la que aterrizo perdió el equilibrio y causo que su cuerpo cayera al suelo, parando la música de golpe.
???: ahhh.... *se sienta en el suelo* ^nunca lograre hacer bien un entrelacé^ *suspira y se para* padre....
El pelinegro la miro con calma; a pesar de que sus ojos turquesa eran fríos, la miraban con seriedad transmitían calma.
???: se lo que piensas, Odile, no debes preocuparte por lo que caba de pasar *acaricia su mejilla* lo lograras con un poco mas de practica
Odile: pero llevo toda mi vida haciendo esto, debería dominarlo a la perfección
???: Odile...
Un sonido los interrumpió, alguien tocaba la puerta.
Odile: que necesita?
Espectro: señor Hades, la señora Sage lo esta llamando
Hades: ya ire *mira a Odile* después seguiremos con esta conversación *se retira*
Odile: no lo lograre a la perfección *se entristece* no lo haré
La menor miro su alrededor, el salón tenía el ambiente de una sala de danza; un espejo enorme que cubría una de las paredes, una barra pegada al mismo, la madera era perfecta para que no se resbalara o le hiciese difícil bailar y a un lado instrumentos y sillas decoraban el lugar.
La de cabellos azabaches se acerca a la barra, lo agarra con una mano y se pone de perfil contra el espejo. Sus pies estaban completamente apoyados en el suelo, los talones en contacto y las puntas hacia fuera, de modo que los ejes de los pies forman una línea recta, las piernas están estiradas y en contacto y su mano libre se alza al aire. En eso cambia de posición, ahora su pierna derecha se estira hacia afuera de su cuerpo paralelamente al suelo y su brazo se posa sobre el muslo.
Siguió cambiando las posición mientras mantenía su mente en blanco, manteniendo su concentración en la rutina, hasta que nuevamente el sonar de la puerta la saco de su trance.
