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Sumario: A ChenLe le rompen el corazón y JiSung, su mejor amigo, intenta convencerlo de lo valioso que es.
Parte sin revisar, perdón si hay errores.
Miraba el techo, como si éste me fuera a hablar con la respuesta a todo, me sentía tan vacío.
Miré a mi alrededor, todo lucía en su lugar y eso solo hacía que la ansiedad en mí me creciera, no encontraba que hacer.
Comencé a cantar canciones que se me venían a la mente, aunque terminaba siempre cantando las más tristes de mi repertorio. Las lágrimas comenzaron a acumularse en el borde de mi ojos y cuando menos lo pensé estás corrían por mis mejillas mientras entonaba una de éstas canciones.
Mi momento triste fue interrumpido por el sonido de notificación de mi celular, no le tome importancia al primero, no quería interrumpir mi momento de tristeza, pero a la segunda notificación me paré de mi cama a ver el celular que de estaba cargando al otro lado de mi habitación, secando mis lágrimas en el corto trayecto hasta el aparato.
Eran dos mensajes de JiSung.
"LeLe, supe lo que pasó ¿Estás bien?"
"Porfavor, contéstame, no puedo creer lo que pasó"
Sonreí ligeramente, porque siempre se preocupaba por mí.
De pronto en mi pantalla apareció la solicitud de vídeo llamada de él, la acepte de inmediato, desconectando el celular de su cargador y dirigiéndome a la cama.
-ChenLe, supe todo, ¿Cómo te encuentras?
-Bien, creo.
Realmente no, me encontraba devastado, con el corazón roto, realmente pisoteado.
-¿Creo?- JiSung suspiró.- DongHyuck me contó todo ¿Por qué no me llameste? Sabes que siempre estoy para ti Lele, ahora...¿Él realmente te dijo que no valías para nada?
Escuché como durante el discurso del menor, su tono de voz cambiaba, al principio era comprensiva y dulce, luego, al hacer la última pregunta, su tono pasó a ser uno que demostraba claramente su furia.
-Él... sí...
Me costaba admitir aquello, me pisoteo en público, bajé la mirada, mágicamente el diseño de mi cama se volvió extremadamente interesante es ese momento.
-ChenLe, no quiero que creas nada de lo que él te dijo, nada.
Hice una mueca, sabiendo perfectamente que el no veía mi cara, claro que creí cada cosa que el decía, estuve y estoy loco de amor por él, maldición.
-No, ChenLe, por favor, mírame.
Seguí su orden y noté como su mirada mostraba claramente la preocupación que tenía por mí apesar de que nos estábamos viendo a través de una pantalla.
-No puedo, JiSung, duele, es como si cada palabra hiriente que me dijo se quedó tatuada en mi mente y clavó con ellas estacas en mi corazón.
-Pero tú eres más fuerte que cualquier palabra que te haya dicho, cariño, no dejes que todo ese dolor se convierte en odio.
-Pero JiSung.
Me quejé, con mis lágrimas apuntó de volver a salir ¿Cómo quería que me sintiera?
-Pero LeLe, te quiero, no quiero verte mal por un estúpido que no te valora lo suficiente, que quiere robarte la hermosa alma que posees hiriendote de esa forma.
No pude aguantarlo más, las lágrimas corrieron por mis mejillas, mientras él me miraba de esa forma, esa forma que me hacía sentir mal a mí, por dañarlo.
-Perdón, pollito.
Murmuré lo suficientemente alto como para que él, a través del celular, pudiera oír lo que pronuncié.
-¿Perdón por qué? ¿Por llorar?
Su cara cambió a una expresión de duda por mis disculpas, negué a su segunda pregunta, no, no pedía perdón por llorar.
-Por rechazarte, JiSung, por rechazarte y apesar de eso sigues a mi lado, ahora estás aquí, ayudandome y...Dios te hago tanto daño, perdóname.
-ChenLe, no, no ¿Okay? No me haces daño, te quiero demasiado sí, pero estoy consiente de que no me quieres de la misma forma y no puedo obligarte a eso y quién sabe...en un futuro hasta me quieras de esta forma...ahora lo único que me importa es que no te rompas por culpa de ese estúpido, no por él, no lo merece, en lo absoluto.
Eso hizo que más lágrimas corrieran por mis mejillas, ¿Qué hice para merecerlo a mi lado?
-Voy ahora mismo a tú casa, no dejaré que ese idiota te haga perder tu hermosa sonrisa, voy a hacer que estés feliz nuevamente, espérame.
El menor terminó la llamada, yo me quedé mirando el celular por unos minutos hasta que las lágrimas se empezaron a secar en mis mejillas y sonreí con mucha ligereza, lo haré como sea pollito, pero te corresponderé, lo prometo.
