Capitulo 7

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"Bienvenida Diana, vamos entra" me dijo el rubio con una sonrisa señalando el asiento a su lado, el estaba del lado del volante lo sostenía con firmeza mientras me observaba subir al auto con un sentimiento de terror. Tenía miedo de que me llevara lejos a un lugar donde nadie nos pueda ver, donde nadie me pueda ayudar. En cuanto me senté a su lado los guardias que me habían llevado hasta ahí cerraron la puerta de un portazo y se alejaron. "Ponte el cinturón por favor" me dijo con una voz diferente a la que había usado conmigo la otra voz era grave y firme y esta era normal, algo grave pero agradable. "¿Cómo te trataron?" me pregunto con la vista en el camino.

"Bien" respondí rápido con voz baja, no podía dejar de mirarlo no parecía una persona mala.

"Qué bueno. Bien ahora vamos a mi casa, no quiero que digas ni una sola palabra cuando lleguemos. Solo sonríe." Me dijo girándose a mí con una sonrisa al mismo tiempo que se detenía frente a una enorme casa mire la casa asombrada jamás había estado a una casa tan grande ni la había visto más que en revistas o televisión. "¿Entendiste?" me pregunto sacándome de mis pensamientos, yo solo asentí sin entender muy bien de lo que hablaba. "Bien, sígueme" me dijo después bajo del auto, lo seguí el caminaba a paso rápido estaba vestido muy bien con ropa que parecía cara y llevaba uno de esos lentes negros de sol que cuestan como doscientos dólares por el hecho de tener una firma en ellos.

Llegamos a la puerta y el toco el timbre rápido la puerta se abrió, la abrió un hombre vestido de negro al vernos nos sonrió y nos dio la entrada, lo seguí algo asustada tenia vergüenza de saludarlos así que solo le sonreía a cualquier persona que viera en mi camino. La casa era aun más increíble por dentro todo estaba muy elegante y moderno parecía una casa de unos chicos sin madres como si ese fuera el apartamento que compartían, pero parece que compartían una mansión.

"Buenas tardes señor Horan y ... Oh ¿Quién es la dama?" se nos acerco una señora vestida de azul, parecía que ese era su uniforme seguro era una empleada.

"Soy S... ouch" exclame al sentir un fuerte pellizco de parte de el rubio en mi espalda me gire a mirarlo furiosa el solo me miro con una mirada amenazadora y eso hizo que todo mi enojo se esfumara y fuera remplazado por miedo.

"Ella es Diana" dijo el rubio sonriendo a la empleada quien nos miraba confundida pero al final también sonrió, "Es mi invitada por...por algunos días." Le informo el rubio.

"¿Quiere que le prepare una habitación?" sonrió la empleada hacia mi con ternura me recordaba mucho a Rosa.

"No, de hecho dormiremos en la misma habitación" sonrió el rubio para después pasar un brazo por mis hombros y acercarme a él, automáticamente yo me aleje de él pero él me acerco con fuerza a él.

" ¿Qué?!" exclame yo mirándolo y él me volvió a dar esa horrible mirada como si me quisiera matar con sus ojos.

"Si Diana, ahora vamos a hacer nuestras cosas" dijo casi rechinando los dientes, yo ya no dije nada tenía miedo de que me hiciera por las miradas que me había dado no parecía muy amigable. Me tomo del brazo y jalo hacia otro cuarto no muy grande era más bien como un cuarto de trabajo, cerró la puerta y cerro sus ojos con fuerza mientras masajeaba su cabeza.

"Oye no me agarres así con fuerza, me duele" le dije sobando mis brazos que tenían la marca de sus dedos.

"¡TE DIJE QUE NO HABLARAS!" grito mirándome con los ojos muy abiertos, yo solo lo mire en verdad tenía unos hermosos ojos color turquesa.

"¿Por qué?" le pregunte tranquila.

"Porque no quiero que lo hagas. Si te digo has esto, tu lo harás. No me cuestionaras, no me contradirás solo callaras y lo harás. ¿Entendido?" me pregunto aun amargado yo acepte sin más opciones. No me gustaban sus reglas pero si decía algo sabrá que me haría y tenía que seguir el consejo que me dio Darren, obedecerlo siempre.

"Tengo Hambre" le dije sin más que decir, el me miro confundido como si no recordara que también soy un humano y tengo necesidades.

"Oh claro" se acerco al escritorio que había en la habitación. Yo me senté en una silla que había hay esperando mi comida. "Buenas Tardes Margarita, ¿me podría mandar la comida a mi oficina?, gracias" colgó el teléfono y se sentó en su silla cruzando sus brazos y mirándome directo a la cara, yo solo le sonreí.

"¿Cómo estás?" le sonreí, pero el solo rio por unos segundos y después volvió a su rostro serio.

"No puedo creer que ya estés aquí, no puedo esperar a que Zayn te vea." Exclamo con una sonrisa.

"¿Quién?" pregunte confundida.

"Zayn, es mi mejor amigo. Se siente muy solo así que pensé ¿Por qué no comprarle un juguete nuevo?"

"Oh, ¿y qué le compraste? Pregunte interesada.

"A ti Diana. Ya no eres Stella, nunca lo volverás a ser a menos que yo te lo diga, eres Diana...mm cual será un buen apellido...Diana Desk"

"¿Desk?" le dije con un gesto de desagradable al escuchar su intento de mi nuevo apellido.

"Si, ¿Tiene algo de malo?"

"No, solo que es raro alguien que se apellide Desk...tu sabes Diana Escritorio" le dije.

"Bien, se te ocurre algo mejor niña genio."

"Diana Brown" sugerí.

"Diana Café... ¿Enserio?, bien como sea ahora serás Diana Brown. No quiero escuchar nada de tu pasado, nada. Eso ya no existe así que es mejor que lo olvides. Una palabra Diana y tu tío morirá y si te atreves a escapar te ira muy mal porque no me importas, no me importa tu felicidad lo único que...."

Antes de que pudiera terminar la puerta comenzó a tocar.

"¿Niall?"

Proyecto Diana. (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora