5.

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   Las discusiones en la mansión de los Guerrico eran muy frecuentes, pero ésta vez era distinto. Romeo se encontraba en su habitación con Mauro, su padre, teniendo una fuerte pelea verbal con el hombre; ya que éste no era capaz de comprender la situación de su hijo menor.
Romeo intentaba hacerlo entender que no estaría mal si Junior tuviera sentimientos hacia un chico.
Entre gritos fueron bajando las escaleras, llegando al living, en donde siguieron discutiendo.

-¿Pero qué problema hay con que sea gay? ¡Por Dios, papá! Abrí un poco tu cabeza.- Dijo casi gritando.

-Hey pará un poco, no lo digas así, no sabemos.- Habló con un poco de asco.- Él no nos dijo nada, así que para mí es normal todavía.

-¿Normal? ¿Me estás jodiendo? Yo no puedo creer que seas tan animal. No me entra en la cabeza.-Romeo rió histérico mientras se agarraba la cabeza. Estaba harto de los comportamientos de su papá.

-¿Sabés quién tiene la culpa de esto? Ese pendejo amigo de Dante. Ese tiene la culpa de que Junior se esté volviendo maricon.

-¡Bueno, cortala! Ya está. Si Junior es gay o no es cosa de él, nadie lo obliga a nada. Y si le gusta Blas me parece perfecto, es un buen pibe.

Mauro rió mientras miraba a Romeo con desprecio.

-¿Un buen pibe? Dale Romeo no seas ingenuo, le está llenando la cabeza a tu hermano.

   El joven iba a contestar, pero se vio interrumpido cuando escuchó el sonido de la puerta.
Romeo palideció cuando vio que las personas que ingresaban eran Junior y Blas. Y, como si fuera poco, estaban en una situación bastante comprometedora y poco fácil de ocultar. Los brazos de Blas se encontraban en la cintura del otro chico, rodeandolo, mientras que éste tenía las manos en el cuello contrario. Ambos estaban fundidos en un tierno beso, sin percibir la presencia de las dos personas en el living. Blas acorraló a Junior contra la puerta, sin separarse uno del otro. El más chico rió y tuvieron que despegarse, en ese momento se percataron de que no estaban solos.
Se separaron rápidamente, sientiendo la tensión de la situación.

-¿Se puede saber qué carajo estás haciendo?- Se notaba la bronca en la voz de Mauro. Intentó acercarse prepotentemente hacia su hijo, pero Romeo lo tomó del brazo para que no avance, al mismo tiempo que Blas disimuladamente se colocaba delante de Junior.- Soltame, quiero hablar con tu hermano. Explicame que mierda haces, Junior.

   El chico suspiró y dio un paso adelante, dejando detrás de sí el brazo de Blas que estaba intentando detenerlo para protegerlo.

-¿Qué estaba haciendo? ¿No te parece bastante claro?- Preguntó, enmarcando una ceja mientras se cruzaba de brazos.

-No te pases, Junior. Soy tu papá, tenés que explicarme.

-Ah, ¿Sos mi papá? No se nota. Y no tengo que explicarte nada, Mauro.

-Obvio que tenés que explicarme algo. Acá tu hermano me está diciendo que vos sos homosexual. Que te gustan los chabones. Y yo sé que seguro es una confusión, que vos seguís siendo normal.

-¿No tienen nada más interesante para hacer que hablar de mí? ¿Que carajo les importa a ustedes lo que yo hago con mi sexualidad?

-Pero yo te conozco, sé que no sos así. Es éste pibe que te llena la cabeza.-Dijo señalando a Blas.

-No, ese es problema. Que no me conocés. No tenés idea de quién soy porque nunca en tu vida estuviste conmigo. Sos la última persona que tiene el poder de decidir sobre mí.- Junior hablaba con bronca, y con las lágrimas al borde de escaparse.- Y sí. Me gusta un chico. ¿Qué problema hay con eso?

-¡No te puede gustar un pibe, Junior! Estás mal. No tenés idea de lo que haces. Me daría vergüenza tener un hijo gay.

   Al oír eso Junior rió irónico.

-¿Vergüenza? ¿Te da vergüenza que tu hijo esté enamorado de un pibe pero no te da vergüenza decir que nos abandonaste cuando éramos chicos? ¿No te da vergüenza haberle robado a uno de tus hijos en frente de mis ojos? Sos patético.- Junior miró a Blas y sonrió.- ¿Y sabes qué más? A mi ya no me da vergüenza decir que estoy hasta las manos con un chico. Estoy enamorado de Blas, y por más de que tu mente cerrada y cuadradita no pueda comprender, es así. Y voy a seguir enamorado de él.- Terminó de hablar y agarró la mano del chico que estaba a su lado.- Deja de hacerte el padre fatal a ésta altura del partido. Hace veinte años que no te preocupas por mí. No vengas a cagarme a la vida otra vez. Haceme un favor y andate a la mierda.

   Nadie dijo nada, no sabían qué decir. Nunca hubieran imaginado que Junior enfrentaría así a su padre.
Por su parte, los dos chicos se fueron tomados de la mano hacia el playroom.
Blas no podía disimular su sonrisa, estaba muy orgulloso de todo lo que Junior estaba logrando, sabía lo mucho que le costaba y ver todos los avances que el más chico estaba haciendo le llenaba el pecho de orgullo.

   Ya en la sala de a abajo, Blas se dejó caer en el sillón, sonriendo y mirando a Junior que tomaba asiento en el brazo del mismo sillón.
El más chico se pasó las manos por la cara, suspirando. No podía creer que acababa de contarle todo a su padre. Cuando abrió los ojos se dio cuenta que el otro chico seguía observandolo con una sonrisa en el rostro.

-¿Qué pasa? ¿Por qué me miras?

-Nada. Estoy muy orgulloso de vos. Sos un chico muy fuerte, Junior.

   El joven sonrió por lo que le dijo Blas.

-¿Vos decís? No sé, me parece que fue demasiado. No era la forma.- Junior volvió a cerrar los ojos y a esconder su cara tras sus manos.

-No. Estuvo muy bien lo que hiciste. Le dijiste lo que pensas y lo que sentís, está perfecto. Y más cuando tu viejo tiene la mente tan cerrada, quizás lo que necesitaba era esto, que le digas todo de una.- Blas esbozó una sonrisa comprensiva y prosiguió.- Vení.- Abrió sus brazos para que Junior se acomodara entre ellos, y así lo hizo. Apoyó su cabeza en el regazo de Blas mientras flexionaba sus piernas recostándose en el sillón. Se relajó cuando sintió que el chico comenzaba a hacer caricias en su pelo. Se quedaron en esa posición por un largo rato, sin decir nada, no era necesario.
Luego de un tiempo, Junior giró su cabeza para mirar a Blas. Se reincorporó un poco para acercarse y besar al joven. Ambos sonrieron en medio del beso.

-Te quiero.

   Blas se quedó en silencio unos segundos antes de contestar.

-¿No vas a aclarar que me querés sólo como amigo? Wow, que avance.

   Junior rió.

-Es que no te quiero como amigo.- Junior levantó una ceja y sonrió.

-Ah, ¿No? Mirá vos.- Blas sonrió al ver que el más chico se levantaba y comenzaba a posicionarse sobre él, con ambas piernas colocadas a cada lado del cuerpo de Blas, y las manos en su cuello.- ¿Se puede saber que haces?- Preguntó poniendo las manos en la cintura contraria.

-Te muestro que no te quiero como amigo.

-Me volves loco.- Blas sonrió y besó a Junior.

   En situaciones como esa, Junior confirmaba que Blas siempre estaría ahí cuando él lo necesitara. Y para ser sincero, pelearía con su padre todos los días si el consuelo de parte de Blas sería ese cada vez que lo hiciera.

                                 🍸🍸🍸🍸🍸🍸🍸

re pete pero le puse cariño ahre

•blasnior•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora