17. Abriendo el corazón

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Me desperté confundido, sobresaltado y con una resaca evidente. Aún no conseguía enfocar bien con mi vista siquiera para abrir los ojos. Cuándo lo logré, di vuelta mi cabeza para observar a Ámbar mirándome.

Tenía toda la intención del mundo de pararme, pero parecía que un camión había pasado por mi cuerpo, no tenía muchas fuerzas, la neta que no.

—Al menos despertaste -se burló Ámbar.

—No bromees, me duele absolutamente todo. ¿Cuánto queda para el vuelo?

—Se fue hace una hora. Abrí mis ojos sorprendido lanzando un grito hacia ella ¡¿Qué?!

—Ya llamé para cambiar el vuelo a por uno de la tarde. Yo creo que deberías ir a tomarte una ducha ahora, para mejorar un poco tu estado, digo.

***

Había salido de la ducha y la habitación estaba en un incómodo silencio. Ella a mi lado, con el teléfono en mano evitandome.

—Ámbar-llamé su atención. —Ámbar necesitamos hablar.

—¿Sobre qué? -se tomó unos segundos en silencio —¿Quieres hablar sobre lo cobarde que fuiste cuando te fuiste de la habitación? O no tengo una mejor idea, ¿Acaso sobre cuando decidiste desaparecer sin siquiera avisarme a dónde ibas dejándome sola con el corazón en la mano? O no, ¿Sobre la brillante idea de tomar alcohol hasta perder el conocimiento? -emitió la señorita a mi lado, sin siquiera permitirme respirar entre cada frase irónica expresada con rabia.

—Tienes razón, ayer no fui lo más razonable qué debería haber sido...-ella insistió en interrumpirme.

—¿Razonable? Simón fuiste un bobo, te juro que nunca en mi vida había estado tan preocupada...-habló y lo último lo dijo bajando el nivel de volumen.

Me paré como pude hasta sentarme en frente de ella.

—Ya lo sé, tienes razón bonita.

—No sé que pretendes diciéndome ese tipo de cosas, pero no lo vas a lograr Simón, ayer me hiciste salir de mis casillas, estaba re molesta.

—Tú misma lo has dicho, eso fue ayer...

Ella rodeó sus ojos soltando una risa.

—Es que ¿No lo entiendes? Ponete en mi posición Simón, con todo lo que pasó ayer. Yo, yo no puedo, yo sigo muy enojada.

—Para mí también fue super doloroso escuchar todas esas cosas que me dijiste, haciéndome quedar cómo el que no se preocupo por vos cuando te fuiste del equipo, siendo que no es así. Tu no sabes, np tienes idea.

—¿No tengo idea sobre qué? -preguntó ella alterada abriendo sus ojos.

—No tienes idea de las lágrimas salieron por mis ojos ese día, de que no podía luchar contra todos los sentimientos que genere por ti, ni de lo difícil que fue alejarme de ti y verte de lejos actuar como la mala, cometiendo los mismos errores.

Se notó como ella tragó duro, yo me encontraba bastante sentimiental por decir todas aquellas palabras escondidas en mi interior.

—Simón, yo confiaba en que tú vieras esa luz, aquella luz de la que hablaste que tenía en mi interior, en que por una vez más y quizás por última pero que confiaras en mí. Para demostrarte que a tu lado puedo ser alguien mejor.

Una pequeña sonrisa se me escapó inevitablemente.

—Suena bonito lo que dices, pero créeme no podría haberlo hecho, no podía contra esto, el dolor era más grande que la esperanza en ese momento.

The game of love •Simbar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora