Capítulo 6.

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Abrí los ojos y lo primero que vi fue como se iba uniendo la tierra con el mar...

- Se os informa que ya estamos sobrevolando sobre territorio argentino así que en pocos minutos se realizará el aterrizaje.

No puedo creerlo, se me paso el tiempo muy rápido, con tan sólo abrir los ojos ya estaba en Argentina, fueron muchas horas en avión, me aburrí cómo nunca lo había hecho pero bueno, ya llegamos a nuestro destino.

-Meli, ¿que será lo primero que harás cuando lleguemos a Buenos Aires? - pregunto mi hermanito mirándome con sus ojitos verdes azulados.

- ¿Lo primero? - asintió - pues poner los pies en el suelo - le sonreí sarcástica.

- ¡Meli! - me grito mi hermanito mientras me reía - ahora va dime en serio.

- No lo sé Pau, aún ni me creo que estamos en Argentina así que mucho menos sabre que hacer.

Me miró cuando acabe de decirle todo, lo había entendido.

Unos minutos después, las azafatas pasaban por los pasillos del avión indicando a todo el mundo que íbamos a aterrizar por lo tanto debíamos abrochar nuestros cinturones y permanecer en nuestros asientos.

Y aterrizamos... me dio una sensación de cuando el chochesito de la montaña rusa esta bajando, no se porque, se siente un poco de hormigueo en el estomago.

Cuando el avión estaba totalmente inmóvil se empezó a levantar todo el mundo, así que yo hice lo mismo. Mire a mi madre que me miraba con una sonrisa, se veía que ella estaba feliz por haber llegado.

Tome mi mochila de la parte de arriba de los asientos y me dirigí al pasillo junto con mi familia para salir del avión.

Llegue a la misma puerta por la que había entrado, y estaba el piloto del avión en ella.

- Adiós - le dije con una sonrisa mostrándose mi conformidad con el vuelo.

- Hasta luego - me respondió el con una sonrisa igualmente.

Lo mismo hizo mi familia, el único que no dijo nada fue Pablo que siempre va por ahí como un retrasado.

Salí del avión y...

- Brrr, mamá ¿Cómo que hace un poco de frio no? - Mire mi móvil y mire a cuantos grados estábamos en Buenos Aires - ¡Pero si estamos a 10 grados y nosotros aquí con tirantes! - le dije a mi madre temblando y caminando rápido para llegar dentro lo más rápido posible.

- Cariño, creo que se te olvido mencionarnos que mientras que en España estamos en verano, aquí hace un frio que te cagas! - le dijo mi madre a mi padre también abrazándose a ella misma para calentarse un poco los brazos.

- Esque yo tampoco lo sabia... - se defendió mi padre helado de frio.

Veíamos pasar a la gente en el aeropuerto, todos con abrigos gruesos y grandes, gorro, bufandas, pantalones largos y acogedores, seguramente también llevarían calcetines gordos... y luego mi familia parecía de gente con algún retraso, éramos los únicos que íbamos en pantalón corto, tirantes y sandalias, lo único que nos faltaba eran las gafas de sol y quedábamos perfectos.

Estuvimos dando vueltas por el aeropuerto mientras mi padre estaba hablando con alguien de la empresa que nos iba a llevar a nuestra nueva casa.

- Mamá, ¿ y si compramos unos abrigos y ropa normal para la ocasión? es solo una propuesta... ahí lo dejo - Le dije a mi madre aún helada de frio.

Aunque me estaba viendo con una mirada asesina sabía que tenía razón. Vi como le decía algo a mi padre y luego se dirigió a mi.

- Chicos, para hacer las cosas más rápido vais a ir vosotros juntos a compraros ropa y nosotros iremos juntos. Nos veremos aquí en dos horas ¿vale? - Jum, no me gustaba demasiado la idea de tener que ir con mi hermano pequeño a comprar ropa pero si no hay más...

- Mamá, dinero - le dije directamente para no hacer más largo el momento.

- Se piden mejor las cosas - rodee los ojos - Aún tenemos que cambiar los euros, creo que se pueden cambiar en ese lugar de allí - dijo señalando una tienda en la que obviamente se podía cambiar el dinero, ya que se llamaba "Cambio De Moneda", pero... mejor me callo.

- Vale, pues vamos rápido y hacemos nuestras cosas - Me estoy congelando!

Nos acercamos rápidamente y cambiamos unos cuantos euros por pesos, que raro seria comprar con ese dinero, pero ya encontraré a alguien que me eche una mano.

- En dos horas, ya sabéis - dijo mi madre mientras seguía los pasos de mi padre.

- Si mamá - dijimos sin ganas a la vez con Pau.

- y bien, ¿donde quieres ir?  - pregunto finalmente mi hermano.

Lo mire con una media sonrisa, o con cara de violadora también se podría decir...

- Vamos a ver que nos encontramos...

Nuestro Estúpido MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora