Nuestro Estúpido Momento

Capítulo 5.

Creo que ya tengo todo listo, miro a mi al rededor y me da penita dejar todo, me da pena dejar España.

Ya casi salimos, le pregunte a mi madre y me dijo que el avión salia a las 12 pero por ese tema de que hay que estar dos horas antes en el aeropuerto y todo eso pues teníamos que salir a las 10.

Desde esta zona de Madrid no nos costará mucho llegar a Barajas, creo que unos 20 minutos aproximadamente...

- Melina, cariño, nos vamos - Dijo mi madre otra vez por las escaleras, parece que en mi casa nos comunicamos a través de la escalera o algo así.

- Bueno, no se si es un adiós pero por si acaso quiero que sepas que te echaré mucho de menos - Dije en voz baja mirando mi cuarto antes de salir por la puerta (obviamente) y bajar las escaleras.

Cuando baje estaba mi madre con mi hermano en la puerta, se podía ver que Pablo también estaba un poco mal por dejar la casa, creo que con 10 años ya te enteras de la mayoría de cosas que pasan aunque los demás crean que no.

Di un suspiro y me dispuse a salir de la casa.

Cuando mi madre estaba a punto de cerrar la puerta recordé algo.

- ¡Mierda! - Grité sin importarme que mi madre estuviese delante de mi.

Corrí rápidamente empujando la puerta, subí las escaleras y entre a mi cuarto.

-¿donde estas? ¿donde estas? - comencé a hablar conmigo misma.

Donde coño la habré dejado y porque me acuerdo en el último minuto.

-¡Melina nos iremos y te dejaremos aquí! - oí gritar a mi madre, que obviamente estaba mintiendo, ella nunca seria capaz de dejarme por ahí.

- iros si queréis - Respondí sin dejar de buscar entre algunas de las cosas que se habían quedado en mi cuarto.

Cuando tome una silla y me subí en ella para ver lo que había encima del armario la encontré.

Yo que lo tenia todo organizado... Pff pero no tenia que llegar mi madre y ponerme todo donde se le antoja.

Baje las escaleras corriendo otra vez, creo que a este paso terminaré bajando de peso.

Mi madre aún seguía en la puerta, como era de suponerse.

- ya está mamá no me mires con esa cara - le dije a mi madre que me estaba mirando mal...

- ¿Te ibas a llevar esa mochila? - Me dijo mirando la mochila que llevaba en mis brazos.

- Claramente mamá, pero no, vas tu y me la pones en donde no pueda encontrarla - Le dije sonriendo sarcasticamente.

Mi madre no me dijo nada y se subió al coche, así que yo también hice lo mismo. Ya se le quitará el enfado...

El día esta muy bonito, se pueden ver las grandes torres de Madrid y la gente caminando por las calles, seguramente ellos tendrán un verano estupendo... como los envidio.

Llegamos al aeropuerto, había mucha gente, todos corriendo de un lado para otro y subiendo las escaleras eléctricas para llegar a las plantas superiores o no se...

Primero nos dirigimos a un letrero en el que buscamos "Argentina". Teníamos que ir a llevar las maletas al número 35 para que se las llevarán en la bodega del avión.

Cuando ya estábamos todos con las manos vacías nos dirigimos a la zona en la que nos pidieron el pasaporte y nos registraron para poder acceder a la zona de salas de espera.

- Feliz viaje - nos dijo la chica que nos estaba atendiendo en ese instante mientras ponía un sello en el pasaporte de todos.

Ah, no me acorde de comentaroslo pero Tony, nuestro perrito, también viaja con nosotros. El ya se había ido en una caja para mascotas por una cinta, espero que el también tenga un buen viaje.

- Mamá, voy al baño ¿Vale? -  mi madre me asintió y me dirigí a la zona de los servicios.

Es gigante, Dios ya quisiera tener yo un baño así en mi casa, y esos espejos... son enormes, no os lo había dicho pero además de bailar y cantar mi otro hobbie es mirarme en el espejo, soy retardada lo se.

Me mire en el espejo y vi la misma chica de siempre, una chica alta, con el pelo muy largo, castaño y un poco rizado, la cara un poco redonda y con unos mofletes que siempre están rosas.

Me acerqué un poco más al espejo, se podían ver muy bien mis ojos azules, un azul tan claro como el mar en un día de verano, adornados por unas largas y abundantes pestañas. Unos labios carnosos y rojos que también ocupaban un espacio en mi rostro.

Era un poco morena, no era guapa pero tampoco era fea, me consideraba una chica normal.

Me labe las manos y salí del baño, dirigiéndome al mismo sitio que estaba antes sentándome al lado de Pablo.

- ¿que tal llevas lo del viaje Meli? - Me preguntó mi hermanito.

- Bueno, no me quiero ir ya lo sabes, pero si es por papá no pasa nada, lo haremos, además conociéndonos no nos irá nada mal allí - le sacudí el pelo y le sonreí, el también me dio una sonrisa.

- Atención, los pasajeros con el vuelo 27-03 con destino Buenos Aires, Argentina, dirigirse a la puerta 14 para comenzar el abordaje - dijo una voz a través de un parlante indicándonos que ya debíamos subir al avión.

- Buenos chicos, vamos - Nos dijo mi padre, a lo que le hicimos caso y nos pusimos de pie, listos para viajar.

Primero paso mi madre con mi hermano, después mi padre y por último yo, que no me separaba de mi mochila.

Fuimos por unos túneles muy largos hasta que llegamos a una puerta, en la que había una azafata muy sonriente invitándonos a pasar.

- Papá ¿En donde nos sentamos? - Gritó mi hermano.

- Tu tranquilo, seguidme y ya os digo - Contesto mi padre, nos callamos y hicimos lo que nos dijo.

Llegamos a nuestros puestos, a mi me había tocado una ventanilla lo que agradecí porque siempre que viajo en avión me encanta ver por donde pasamos y disfrutar de las hermosas vistas que hay desde tan grande altura, bueno... eso solo cuando no se ven nubes.

- Buenos días, soy Alberto Muñoz, os acompañare en este vuelo de aproximadamente 13 horas... - Ya habían comenzado a dar las indicaciones del vuelo... madre mía me voy a quedar pegada al asiento de tanto tiempo sentada. Pff

- Good morning, i'm Alberto Muñoz... - y ahora en inglés... me aburro, me ha tocado sentarme con mi hermano y creo que no podre dormir mucho que digamos.

Terminaron de dar las indicaciones del vuelo, como abrocharse los cinturones y tal, parecía que íbamos a despegar.

- Que tengáis un buen viaje - dijo por último el capitán, mientras el avión cogía velocidad para emprender nuestro viaje aéreo.