Los hombres que habían salido en la búsqueda de Beth lo hicieron en los primeros minutos del anochecer, ya habían transcurrido varias horas desde entonces, pero el tiempo parecía transcurrir de manera tortuosamente lenta para los habitantes de la aldea que ahora esperaban impacientes bajo la intensidad del frío de la madrugada. La angustia era notoria en los rostros afligidos de las personas que se negaban a retirarse. El sonido de animales provenientes del bosque y que se escuchaban perfectamente hasta donde estaban no ayudaba en la situación; cada vez que se escuchaba el ululó de un búho, o el sonido de un ave levantando el vuelo y rompiendo el silencio, todos los aldeanos dirigían sus ansiosas miradas hacia el sendero que llevaba hacia el bosque.
La madre de Beth no había parado de llorar en ningún momento, desesperada por no saber del paradero ni estado de su hija sostenía con fuerza sus manos mientras oraba a las diosas por su bienestar; Ilia estuvo junto a ella todo el tiempo tratando de reconfortarla un poco, pero por más palabras de aliento que ella pudiera decir no era suficiente para calmar los llantos de la mujer.
Era inevitable para Zelda no mirar en dirección de la señora desconsolada y mientras la veía sufriendo por su hija pensó en su propia familia, en su padre particularmente, sabía que también debía estar sufriendo mucho por ella; sintió remordimiento por no haberle escrito ni siquiera una carta para decirle que estaba bien. Sus labios se apretaron y bajó la mirada hacia el jarrón que sostenía entre sus manos, cuando la volvió a levantar sus ojos se encontraron con los ojos verdes de Ilia y por primera vez desde que había llegado a este lugar pudo notar como alguien la miraba con recelo, la barbilla de ella se levantó mientras sus delgadas cejas se fruncían en un sutil gesto que Zelda interpretó como defensivo y aunque ese instante fue corto y solo duró hasta que ella rompió el contacto visual para decirle algo a la madre de Beth para Zelda había quedado perfectamente guardado el recuerdo de aquella mirada.
Hubiera seguido pensando lo que acababa de ocurrir y en la razón de porque Ilia mostraba esa actitud con ella de no haber sido por los aldeanos que al unísono se pusieron de pie, Zelda los imitó y pudo ver lo que había causado el repentino movimiento de todos, a la distancia la luz de las antorchas pronto se alcanzó a ver entre las ramas de los arboles. Después de un momento pudieron observar a los hombres que llegaban en un solo grupo liderados por Rusl que cargaba en sus brazos a Beth. Las caras de alivio se hicieron evidentes, después de horas de búsqueda al fin la habían encontrado, unos cuantos y débiles gritos de júbilo se alcanzaron a escuchar antes de que estos fueran silenciados al ver los rostros abatidos con los que los hombres llegaron.
Entonces todos se dieron cuenta del estado de Beth, su cabeza estaba apoyada en el hombro de Rusl y sus manos sin fuerzas juntas encima de su estomago, sus pies colgaban laxos moviéndose al ritmo de los pasos de Rusl ; parecía que estaba dormida, su rostro estaba tranquilamente sereno y sus ojos cerrados, si no fuera por el sudor que cubría su cara enrojecida cualquiera hubiera pensado eso.
—¿Beth?, mi niña, ¿qué le pasa?— desesperada su madre corrió hasta llegar a ellos tomando entre sus brazos a su hija.
—La encontramos inconsciente dentro de una pequeña cueva, intentando refugiarse de...— como si de repente las palabras no quisieran salir de su boca Rusl guardó silencio por un momento inhalando fuertemente antes de continuar –de una skulltula—
—¿Una skulltula?—
—Había una de ellas intentando encontrarla, pero el lugar donde Beth se refugiaba fue suficiente para distraerla— El cuerpo de Beth se contrajo en un violento espasmo en los brazos de su madre, la temperatura de su cuerpo estaba considerablemente alta y lo que parecía ser un rojizo sarpullido comenzó a formar pequeñas ronchas en su piel.
![](https://img.wattpad.com/cover/145012940-288-k571669.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Lo aprendí de ti
FanficAhora ya sabía dónde estaba y hacia donde debía ir, uno de los lugares más remotos de Hyrule donde sería imposible que la reconocieran; estaba lista para comenzar una nueva vida en Ordon.