Stony

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Eran aproximadamente las 5 A.M. cuando el celular de Steve comenzó a sonar, era algo normal que el rubio estuviera despierto a esa hora de la mañana, pero lo que no era normal es que alguien más que no fuera Sam o James le llamaran a esa hora, por lo general le llamaban para su rutina matutina de ejercicio, aun así, opto por contestar.

-Steve Rogers, ¿Con quién tengo el gusto? - Contesto amarrando las agujetas de sus tenis, pronto James pasaría por el

- Que pasa capitán, ¿Por qué tanta formalidad? - De pronto el rubio levanto su mirada, conocía perfectamente esa voz - Digo, sé que vienes de otra época, pero creo que eso sobra entre tu y yo - El rubio se levantó de su cama para comenzar a inspeccionar el perímetro, pero no miraba nada extraño - ¿Te comió la lengua el rato Rogers? -

- ¿Qué es lo que quieres Tony? - Dijo firme ante la circunstancia -¿Como conseguiste este número? -

-Basta de preguntas Steve, mejor abre, no conozco nadie en Ocho ríos, y no creas que me agrada mucho este lugar - El rubio empezó a escuchar golpes en su puerta con desesperación, definitivamente era el, rodo los ojos y opto por dejarlo entrar. Aunque sabía que podría correr peligro, tenía una corazonada de que todo saldría bien, termino la llamada y abrió la puerta

-Buenos días Steve - Entro a la vivienda retirando sus gafas de sol de su rostro, las coloco sobre la mesita de centro y tomo asiento en el sillón más cercano - ¿En serio Steve? ¿Jamaica? - El ojiazul encogió los hombros cerrando la puerta y tomo asiento a un lado de Stark

-No lo sé, creo que terminé por agotar mis alternativas, cada vez que tus hombres llegaban y terminaban con todo, no me quedaba de otra más que mudarme a otro país, recorrí Argentina, Perú, Brasil... - Stark interrumpió

-México, Chile, y sí, siempre se dónde estás Rogers - Una sonrisa ladina se dibujó en los labios de Tony -Pero, en serio, mis "hombres" - Dibujo con sus manos entrecomillas en el aire - No son parte de nada, los he mantenido alejados de ti, están en Rusia buscando a la arañita - Se levanto del sofá para dirigirse a la cocina - Esa mujer es demasiado escurridiza - Steve lo escuchaba con atención, y le creía

-¿Porque estás buscando a Natasha? - Miro como caminaba hacia el refrigerador y lo abrió sin obtener éxito alguno - ¿Qué no ella estaba de acuerdo contigo? - Stark asintió - ¿Y entonces? ¿Por qué la buscas?

-No te hagas el desentendido capi - En la alacena encontró una botella de Whisky, encogió sus hombros y tomo un vaso de cristal - Se que después de lo que paso en Perú, ellos tomaron rumbo a Rusia -

-¿Ellos? ¿Que no estamos hablando de Natasha? - Tomo el vaso que estaba en la mesita de centro y lo estiro para que el azabache le sirviera un poco

-La brujita, el hombre hormiga, tú sabes, esas personas las cuales te aferras a proteger - Tomo un sorbo de Whisky - Siempre supe que Natasha terminaría apoyándote - El ojiazul no paraba de mirarlo - Ella insistía en que los dejáramos en paz, pero tú sabes que a mí nadie me dice que hacer ¿No? - Sonrió negando la cabeza, hace bastante tiempo no miraba a su compañero - Te extrañe Steve - Levanto la mirada encontrándose con unos ojos azules que iluminaron su alma - En serio, no sabes cuánto - Se sentó a un lado de este y lo miro a los ojos - Lo lamento tanto - Una lagrima traicionero rodo por su mejilla. Steve estaba perplejo, no sabía cómo reaccionar ante esa escena, jamás había visto que él se comportara de esa manera.

-Yo también te extrañe Tony, y no tienes por qué pedir perdón, en cambio, soy yo el que lo tiene que pedir - Se miraron a los ojos y se perdieron en ellos, nunca imaginaron que el día que aceptaran lo que uno siente por el otro llegaría - Te pienso todo el tiempo, y sient...-

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