Capitulo 3

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El simposio era el más grande al que había asistido nunca y tengo que admitir que me ponía bastante nerviosa tener que hablar para tanta cantidad de gente. Olivia me vio tensa y me propuso que fumaramos un porro antes de que empezara la charla, Sofía y Octavio sugirieron un café y algunos ejercicios de respiración, me pareció más coherente así que, dejé que Sofía me guiara y le dije a Olivia que guardara el charuto para después.

A eso de las cinco de la tarde Lucas vino a buscarme para que fuéramos al auditorio, la charla comenzaba en media hora y había que arreglar algunos detalles técnicos hasta la llegada de todos los asistentes. Dejé a los chicos para que terminaran su café y caminamos con paso rápido hasta el lugar.

Él llevaba saco y pantalón negros a los que les quitaba formalidad con una remera blanca básica que llevaba por debajo y había rematado el atuendo con unas converse blanquísimas, iguales a las mías.

- Elegimos el mismo calzado - Me salió decirle sin pensarlo demasiado. Él nos miró los pies y me sonrió.

- Apto para simposios - Me dijo aclarándose la garganta - No voy a mentirte, dudé en traerlas, son bastante polémicas. Pero no me he sentado en todo el día y estuve corriendo de un lado a otro, así que creo que tomamos una buena decisión.

Que usara el plural hizo que mi corazón latiera frenético. Podríamos tomar tantas otras buenas decisiones... Nosotros.

Sobreviví a la charla, los chicos se acercaron para felicitarme mientras Lucas hablaba con uno de los moderadores y guardaba su computadora. Se acercó para decirme que en media hora empezaba el cóctel, que me quedara, que había gente que me quería conocer. Me quedé con él. Olivia tenía entradas para las bistecs y Sofia y Octavio una cama a la que sacar brillo así que se fueron. Estaba cansada y sin muchas ganas de hacer sociales, pero me pareció que era una buena oportunidad para conocer gente influyente en el tema que venía investigando hacía años.

Lucas nos paseó por el lugar con su mano acomodada en algún punto bajo de mi espalda. Si esto fuera El diablo viste a la moda yo sería Meryl Streep y él Anne Hathaway en esa fiesta de Runway donde le tienen que recordar a Miranda Priestley los nombres de los invitados.

Al menos cinco personas se ofrecieron a dirigir mi tesis de doctorado, al menos cuatro nos preguntaron si éramos pareja, y después de mirarme alzando una ceja, él con argucia le respondió a dos que sí. Yo sonreí y sus ojos se llenaron de chispas, él apagó el fuego pidiendo dos copas gigantes de Cabernet a uno de los mozos.

Salimos a tomar aire. Hubo un silencio. Nos miramos a los ojos como tratando de descifrar los pensamientos del otro, después miramos para abajo y después alrededor. El halagó mi ponencia y mi atuendo, yo sentí que el vino me bajaba por la garganta como si fuera una catarata. 

#1 ¿Qué quiere un hombre de una mujer que no quiere nada de él?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora