Si deseas puedes irte. Pero quédate.

1K 119 17
                                    

-¿Vale? - Volvió a preguntar para que afirme lo que ha dicho y así poder continuar en lo que sería un peligroso juego.

- Sí, si así lo prefieres.

¿Qué otra cosa podría decir? Aún esperaba a que el tiempo me ofrezca las de ganar. No sabía cómo debería sentirme. Pero su cabeza se apoyaba a mi pecho y me trasmitia algo más. Algo que decía que ni importaba el dolor futuro, me iniciaba a ser masoquista y estúpido.
Decidí que importaba únicamente el presente. Este momento que por ahora Hinata sólo compartía conmigo. De los dos. Además, estoy seguro que no quiero una relación como la que tuve con Shion nuevamente.

Entonces creí que había llegado la hora de hablar de eso con Hinata.

-He dejado a Shion. - Empecé a decir

-¿Qué ha pasado? - Preguntó bastante serena. Una actitud común en ella.

- Son tantas cosas, entre ellas: el desinterés, la rutina, el compromiso obligado, los reclamos y celos innecesarios; eso... Por hacer la lista finita.

-La inseguridad obliga a hacer esas cosas sin querer. El miedo de perder a alguien. Quizás solo deberías entenderla un poco más y no romper o con ella.

Mis impulsos pensaron por si solos antes que la coherencia y a la idea que hace rato me había planteado, pero, sentía que me lastimaban sus palabras. Me senté y la obligué a hacer lo mismo, quería mirarla a los ojos. Estaba enojado, se notaba, ella lo había notado.

-¿Qué esperas de mi Hinata? ¿Eres consiente de todo lo que estás diciendo? - La sujeté de los hombros y la sacudí un poco.

Ella se soltó de mi agarre empujando con brusuqedad mis manos de su piel. Estaba mucho más enojada de lo que yo aparentaba estar, tomó su vestido y rápidamente se lo puso, y salió del auto. Corrió. Descalza.
Sabía que iría a por ella, encontré con suerte mis pantalones para así ponérmelos e ir también correr.

Como un par de estúpidos, sabiendo que no llegaríamos a ningún lado seguimos corriendo, Hinata llevaba unos metros de distancia. Pero al voltear su cara y verla reír, nuevamente todo ocurría en cámara lenta, pero de una forma hermosa esta vez. Su cabello se mecía sumiso al viento, sus piernas largas y delgadas parecían las de una bailarina danzando en el espacio. Era ella. La chica con la que soñé desde que yo era un niño pequeño.

La rodeé fuerte con ambos brazos, cayendo en una alfombra de hojas que amortiguaron la caída. Su risa cesó y me miraba fijo a los ojos, con sus manos sostuvo mi rostro y levantó su cabeza para besarme, fingí que no sentí nada.

-Perdóname. Sólo que esto es extraño. Naruto, no puedo ser una novia para alguien, no sé como lidiar con todo lo que ya tengo, para hacerme cargo de algo más, no quiero lastimarte.

-Ya lo vas haciendo.

-Por eso lo aclaro. Yo no estaré con nadie que no sea contigo, y me gustaría que tampoco estés con nadie que no sea conmigo; al menos que quieras. Seamos amigos. ¿Así está mejor?

No, no lo estaba. Pero tomaba la oferta.

8 de febrero del 2017.
Viernes por la tarde en Tokyo.

Sasuke estaba de visita junto con Sakura. Había pasado mucho tiempo desde que nos juntábamos los tres a hacer otra cosa que no sea trabajos de la universidad.

Jugábamos Uno muy a gusto, entre risas y muchas bromas. Atesorando momentos.

- Pronto será mi cumpleaños - Decía Sakura emocionada. - Haré una fiesta en el nuevo departamento. Será genial. Música, bebidas, bailar un poco, no viene mal.

Tokyo / NaruHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora