La otra cara de la moneda

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10 de febrero del 2017.
Hinata Hyuga.

Salía más temprano de lo habitual. Aun se podía escuchar el cantar de los pájaros antes de que su sonido sea callado por el ruido monótono de la ciudad. Ino había conseguido empelo por fin, después de varias semanas en busca y hoy era su primer día. Pensé en hacer el desayuno antes de que despierte. Supuse que no estaría de más algo así para ella. La única persona que ha permanecido a mi lado por mucho tiempo; gracias a ella y a su existencia es que hoy estamos aquí en Tokyo. De estar sola, yo jamás me hubiera animado a hacer tantas locuras acabadas bien o mal, no importaba...

16 de septiembre del 2015.
Miyagi/Japón.

Siempre iba a la misma pérdida de tiempo. Y la veía ahí sentada, mirando sus gastados zapatos, con la mente pérdida en otro lugar. La acompañaban lo que probablemente sean sus padres. Con las típicas caras largas de decepcionados. Preguntándose ¿Por qué si ya mi vida está suficientemente jodida, también tengo una hija problemática que siempre está mal? Siempre algo le pasa.

Papá, Rina y yo nos sentamos frente a ellos en la blanquecina sala de espera. El aroma a alcohol me recordaba a cada momento el lugar en el que estábamos. Las sesiones psiquiátricas que me hacían lamentar el haber despertado en aquella ambulancia.

La familia de Ino era distinta. Su madre se había casado con un hombre poco tiempo después del divorcio con su padre. Esa separación afectó a Ino, al verse ajena a lo que se suponía que era su hogar.
Su padrastro y su madre embarazada de aquel hombre, disfrutaban de la vida de casados, con Ino a cuestas, porque no quedaba de otra.

Su caso y el mio, algo similares nos hicieron cercanas, nos sostuvimos la una a la otra. Ayudándonos a soportar un poco la existencia, para aminorar la carga. Asistíamos al mismo instituto. Y sin una loca aventura que contar, ya que cada recuerdo es sencillo pero memorable, nos hicimos amigas. Hasta ahora.

Ella espera a juntar el dinero necesario para empezar la universidad en Tokyo.

Yo no pienso en lo que haré en el futuro.

10 de febrero del 2017.

-¿Eres Hinata? - Escucho una voz femenina hablarme.
Se trataba de Shion, empujando un carrito de supermercado. De pie frente a mi, mientras buscaba el yogurt de siempre.

-¿Sí? ¿sucede algo? - Preguntó dudosa por el simple hecho de que esté hablándome.

-Nada en particular, suelo hacer la compra aquí varios días a la semana cada que me quedo a dormir con Naruto y tengo que preparar el desayuno. - Decía risueña, platicando conmigo aquello, como si se lo hubiese preguntado.

- Tienes pinta de ser esas que preparan desayunos.

-Y tu tienes pinta de entender la situación. Escucha no vengo a discutir. Solo quiero que sepas. Naruto y yo llevamos un poco más de dos años de relación. Lo digo porque necesitas saberlo. Él siempre ha sido un hombre curioso y desobediente. Pero como su madre lo dice: Podrá marcharse a cualquier sitio pero siempre al final del día vuelve a mí.

- Escucha Shion.

-No. Tu escucha. He estado con él desde que abandonó su casa por las peleas que tenía con su padre. Dejó la empresa y todo por sentir que podía sobrevivir por su cuenta y no por ellos. Además ¿Qué sabías tu de todo eso?¿Acaso le conoces? ¿Crees que tienes más derecho de estar con él que yo?

-No se trata de tener derechos, Naruto me quiere.

-Es imposible, está conmigo, hemos pasado la noche, pensé que habías entendido. No lo busques, déjamos en paz.

Tokyo / NaruHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora