Mundo Onírico 7: La liberación de la psique (2/2)

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Ludwig y Ada llegaron a Governors Island a una hora indeterminada de la mañana. La bienvenida no fue agradable, nada más salir del túnel escucharon una gran explosión proveniente de Manhattan. Al principio no encontraron nada anormal sobre la ciudad... hasta que, con palidez creciente en sus rostros, observaron al más alto de los rascacielos visibles, el Empire State Building. Su piel de cemento se pudría con un color negro enfermizo y la azotea sangraba una columna de humo. Rezaron por encontrarse ante la calma que precedía a la tempestad, pero nada más lejos de la realidad; una segunda explosión golpeó con todavía más fuerza. Esta vez el titán sucumbió, su parte superior estalló en mil pedazos y de sus tripas brotaron mosquitos con la fuerza de un volcán en erupción. Con sus números sumergieron la ciudad entera en un mar de muerte. Ante esos sucesos Ludwig solo pudo pensar una cosa:

«El apocalipsis es inevitable»

En realidad ese pensamiento ya lo había tenido en otras ocasiones a lo largo de su vida, pero siempre durante cortos periodos de tiempo. Le ocurría cada vez que reflexionaba sobre el mundo, sobre la insistencia del ser humano por invadirlo todo sin respetar el equilibrio de la naturaleza, dejándose llevar por lo que más le obsesionaba: el ansia de poder y dominio. Él veía que semejante forma de vida no podía persistir para siempre, que la evolución les dotó de inteligencia, pero también de la mayor capacidad de autodestrucción concebible. Procuraba no sacarse esos temas por la angustia que le suponía, pero creía que tarde o temprano llegaría el fin sobre la humanidad. Lo que no esperaba era que ocurriese tan explícitamente, en forma de justicia poética sobre Manhattan.

Con su cabeza ya dominada por incontables diálogos internos solo pudo suspirar y hablar con calma sobre el futuro.

—Este es el fin, querida Lawson, Manhanttan está condenada, quizás a este ritmo caerán incluso más ciudades... Por ahora tendremos que coger un barco rumbo a Europa... O quizás a Sudamérica, pero...

Ludwig fue entonces interrumpido por una bofetada. Fue tras ello cuando se dio cuenta de que los ojos de Ada brillaban por la presencia de lágrimas.

—Había oído que eras un hombre acabado... ¡Pero eres todavía peor! ¿Cómo puedes estar tan calmado y considerarte humano? ¡Por ti se puede ir todo a la mierda y nada cambiaría! ¿De verdad piensas que no existe salvación? A diferencia de ti yo sí nací aquí. Tengo buenos recuerdos que no cambiaría por nada en el mundo. Ya se que odias esta ciudad ¿te crees que no lo sé? ¡Basta con oír tu forma de hablar! Con ese tono de superioridad moral... Pero te diré algo, no puedes juzgar a una ciudad por su conjunto, existen millones de personas con millones de personalidades y formas de pensar... Si resulta que algo no va bien ¿Por qué no intentar mejorar? Tengo amor propio y creo en el derecho a vivir. Si estamos condenados a la autodestrucción que así sea, pero que sea habiendo vivido y siendo libres, no con la cabeza agachada. No, Ludwig, no quiero coger un barco, quiero salvar esta ciudad, no por lo que es sino por lo que significa para mí... Ludwig, lucha tú también, lucha conmigo.

—Es inútil, Ada, no podemos hacer nada, ¿no lo ves? La plaga ya ha caído sobre toda la ciudad, igual ya no hay nada que salvar. No queda otra que aceptar este destino, lleva escrito desde siempre, somos una raza condenada... Puede que ni siquiera merezcamos vivir, que seamos un error.

—No puedo creer lo que oigo... ¿Qué hay de tus pasiones? ¿sigue existiendo algo dentro tuya? Recuerdo cuando tocabas en las calles, siempre te escuchaba... Incluso eso abandonaste.

—¡Todavía amo la música! No te confundas.

—¿Entonces qué? ¿Crees que no tiene valor amar algo?

—¡No! Espera, yo... ¡Es la sociedad! No me deja ser músico, me roba la libertad, no solo no valora mi música sino que además ni me dejó ni elegir un maldito nombre para mi descubrimiento. ¡Soy el único ser libre en mil kilómetros a la redonda!

Los Mundos Oníricos de Ludwig #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora