De regreso a Nueva Orleans
Audrey
Miré en dirección hacia la pequeña ventana que estaba a mi lado izquierdo, podía ver las nubes deslizarse por el ala del avión, era una vista muy hermosa, pero estar sentada tanto tiempo en un avión, eso si no es hermoso, sobre todo si no tienes con quien conversar, miré nuevamente a Lizzie que estaba echa un ovillo en el asiento contiguo al mío, se había quedado dormida hace un par de horas y yo no quise intentar despertarla, ya que habíamos hecho muchas cosas el día anterior y ella había terminado muy cansada, un hechizo como el que hiso no es tan fácil que digamos, pero era algo muy necesario.
Traté de cerrar los ojos y no concentrarme en el olor de la sangre de todos los pasajeros del avión, era tan tentador hipnotizar a alguien para que me siguiera al baño y así beber toda su sangre hasta dejarlo seco, pero sabía que si lo hacía, lizzie se enojaría mucho conmigo, y claro, también me descubrirían ya que no habría donde esconder el cuerpo.
-Señores pasajeros, tengan la amabilidad de reclinar el asiento en su posición normal y abrocharse los cinturones, en unos momentos comenzará el aterrizaje, esperamos que hayan tenido un buen vuelo, gracias por su preferencia.- La voz de la rubia lesbiana y muy zorra azafata se hiso oír a través de los parlantes del avión, la muy puta se le insinuó casi todo el viaje a mi amiga, siempre que cruzaban miradas ella le guiñaba el ojo, cuando Lizzie la llamaba, y yo la había observado, se desabotonaba los tres primeros botones de su blusa, así dejaba ver toda su pechonalidad, y lizzie muy “temerosa” le aceptaba todo lo que ella le traía, sabía que por dentro quería mandarla al infierno y quería pedirme que la desangrara enfrente suyo para disfrutarlo segundo por segundo, pero solo lo pensaba, ya que ella debía mantener su porte de “soy una bruja de casi dos mil años muy madura como para molestarme por algo tan insignificante como eso”.
Siempre era así, pero solo con personas que no conoce, porque conmigo, es la zorra más zorra de todas las zorras que pueden haber, aunque esa faceta de ella me gustaba, en los últimos dos siglos se había vuelto más liberal y eso me encantaba.
La moví levemente para que se levantara, pero lo único que recibí fue un gruñido de su parte, a veces me daba miedo despertarla, la última vez que lo hice termine en la otra cuadra de donde se encontraba nuestra casa, mientras que los vecinos me miraban muy sorprendidos, esa fue una de las razones por la cual nos regresamos a Nueva Orleans.
Resignada y un poco asustada la moví un poco más fuerte, pero de milagro ella abrió los ojos y me miro frunciendo el ceño.
-¿Porque coño me levantas? Tienes suerte de que estemos en un avión, sino ya te habría mandado a volar – Se estiró en su asiento e hiso sonar sus huesos, claro, como no lo iban a hacer, si fuera humana y descansara en esa posición, me hubiera pasado lo mismo, ella hiso una mueca de dolor y yo solté una risita - ¿Dónde está ella?
¡¡MALDICION!!
Sabía que olvidaba algo.
-Por dios, olvidé llamar, cuando estemos en tierra lo llamo, solo espero que no haya despertado antes de tiempo – Me moví incomoda en mi asiento.
Había olvidado llamar a Edward, es uno de los licántropos originales igual que su hermana, Danielle, los conocimos en Liverpool hace unos dos siglos y medio, él está encargado de cuidar a una vampira novata en un barco de carga, la descubrí bebiendo la sangre de un sacerdote atrás de la iglesia hace cuatro años, quería detenerla pero no podía ya que yo estaba muerta, no recuerdo quien me había clavado la cuchilla de plata, ella ahora tiene diecisiete y lo peor de todo, es que es original, así que no puedo matarla sin tener madera de roble blanco y no sé dónde conseguirlo, no tenía mi cuchillo de plata como para clavárselo y así que despertara cuando ya estuviésemos en Nueva Orleans, así que mi última opción fue romperle el cuello y esconderla en una caja hasta que llegáramos, no se controlaba ni un poco, ni siquiera lo intentaba, y eso me frustraba mucho ya que no quisiera cargar con un peso encima, pero lo que más me intrigaba de esta chica, es que era original, todo el linaje vampírico original está completo, somos cinco.
ESTÁS LEYENDO
Los Originales (Pausada)
VampireSomos originales, lo somos desde hace mucho, aunque no es fácil. Tan solo debes ser inteligente y saber sobrevivir. Vivimos evitando los problemas, al menos la mayoría. Pero nunca podemos evitar lo que desde hace mucho esta escrito en el destino. So...