Parte 1

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Yuuri.

Hace años mi padre falleció – aun que se que la realidad es que huyo después de la catástrofe –  y yo como el único varón debo tomar su lugar... pero estoy aquí, escondiéndome de mis responsabilidades una vez más.

Mi madre debe estar molesta, a pesar de su tranquila y buena personalidad siempre le ha molestado que escape de esto.

El miedo invade cada vez con más profundidad mis venas y siento mi cuerpo desfallecer a cada minuto cuando estoy en presencia de los otros.

Sobre todo de él... de Vicktor,  guardián y protector del invierno, fue uno de los elegidos después de que la catástrofe azoto, después de que la guardiana de la primavera y su padre – el padre de Vicktor – escaparan dejándonos a todos en problemas.

Siempre le he tenido una gran admiración, respeto y sobre todo miedo, su personalidad tan gélida y fría como el hielo, lo representa tan bien al ser el guardián de los inviernos.

Hoy es el día que subo a mi cargo, el día de hoy seré oficialmente nombrado.

— Yuuri, hijo ya es hora, no podemos perder más tiempo – se escuchaba como se acercaba paso a paso a mí.

— No quiero ir madre... – aclare sin salir de esa pequeña falla en el sistema de mundos, la entrada al mundo de los humanos.

— Hijo, es tu responsabilidad – dijo ya estando a mi lado – no podemos ir en contra de las leyes y lo sabes.

— Si madre... – acote lo más bajo que pude mientras me preparaban para ser presentado ante todos.

Un traje hecho con hojas del otoño – las cuales fueron un presente de él guardián de esa estación – que son caídas antes de que el invierno cambie la estación una vez más – cambie el tiempo a un ambiente frió y tenue tal como su guardián.

Yo soy el heredero del guardián del verano y debo comportarme como tal – o eso es lo que me dicen siempre –, pero lo irónico de que mi estación sea verano es que prefiero los climas fríos que Vicktor – como guardián – hace año con año para nosotros, las hadas y también para el humano.

— Ya estás listo hijo, estoy tan orgullosa. A tu pa... mm, olvídalo –espeto mientras hacia una mueca de disgusto -, a tu hermana le encantará verte de esta manera.

— Sí, pero sigo diciendo que ella sería mejor guardián que yo, ella realmente ama esto, yo no me siento digno ni preparado para algo así.

— ¡No vuelvas a decir algo así! – grito horrorizada mientras me veía como si hubiese dicho la peor cosa del mundo. Y es que para ella lo era.

— Lo lamento madre – dije triste.

— Ya es hora – se levantó rápidamente y me miro indicando que debía seguirla, tenia que dirigirme hacia la gran sala del consejo.

Me levante con mucho cuidado y comencé a dirigirme a el carruaje – que es una pequeña cúpula de hojas, flores y algunas frutas, la cual es dirigida por unos pequeños animales – para poder llegar a tiempo y no tener más problemas con Yuri o Vicktor.

Yuri – que es el guardián del otoño y anfitrión del traje que ahora mismo porto – tiene un temperamento bastante fuerte, no desearía hacerlo enojar, aunque Vicktor seria quien tendría una reacción peor.

Ya estaba cerca de la sala, y los nervios que me consumían por dentro se acrecentaron por lo que mi mirada se oscureció levemente.

— Madre, ya estamos aquí, gracias por acompañarme – le sonreí forzadamente.

Colores del alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora