Capítulo 4; La llegada.

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Unos guardias me guiaron a través del gran edificio. Estaba a oscuras y poca cosa se veía a parte de las paredes y el suelo.  Hacia escasas horas que el transporte áereo ruso había aterrizado en la isla,y todavía me sentía atosigada por la altura. La rígida y severa entrenadora Svetlana me seguía a unos pasos. Sin tener que contarlo, estába muy incómoda.

Según mis representantes, me habían citado en un lugar llamado "Football Complex" en la Isla Liocott, dónde el consejo del I.F.C daría una reunión junto a todos los capitanes de los equipos participantes. Madame Svetlana se me adelantó para saludar a un par de ejecutivos y luego pasó a través de la puerta automática hecha de cristal. Yo hice lo mismo.

ㅡIrina Ivanova de Worldstar entra en la sala.

Observé el lugar, una sala redonda de tamaños considerables.

En el centro, los entrenadores y los que manejaban los hilos del torneo,los titiriteros.  Alrededor de todos ellos, sus marionetas, los jugadores. No me gustaban aquel tipo de reuniones, pero ahora que era una capitana, tenía aquella obligación.

Divisé a lo lejos a Alois Bachmann,el capitán de "Dämliches Feuer" (Fuego Fatuo), la selección alemana. También pude llegar a ver a Paolo Bianchi, Edgar Partinus, Victor García y Qiang Liu, capitán de “寧靜” (Serenidad), la selección china.

Por supuesto también pude ver a Hedeon Steklov, mi más querido acompañante durante mi infancia,al que saludé con una sacudida de mi mano efusiva, este me devolvió el gesto. Mac Robingo, acompañado de Thiago Torres y Mark Krueger me analizaba con la mirada, buscando algún tipo de anomalía, a lo lejos se hallaba Mark Evans, aunque este último siquiera se había dado cuenta de mi llegada. A todos los demás no los reconocí, me faltaba estudiarlos.

Di un vistazo a mis lados y encontré a Héctor Helio y Byron Love con la mirada puesta en mis guardias. Eran llamativos,lo sabía, sobretodo por el hecho de que medían cerca de 1'90 de altura y yo, a su lado, era un tipo de juguete para niños. Tomé asiento entre los capitanes de Inglaterra y España. Parpadeé un par de veces con incredulidad al ver que rumbo tomaba la reunión.

Todos los entrenadores e asistentes estaban entorno a una mesa semicircular, dándonos la cara. En la pantalla,un holograma del consejo verídico.

Esos bravucones ni siquiera habían tenido las narices de hacer una simple reunión en carne y hueso. Cosa que además de causarme rabia, me daba ciertas ganas de soltar una carcajada.

ㅡBienvenidos a la primera reunión llevada a cabo por el I.F.C. ㅡSe pausó unos segundos para aclarar su voz y continuó.ㅡ Aquí determinaremos algunos aspectos del campeonato, mi nombre és Henry Banks; soy el presidente de la comitiva del I.F.C e F.I.F,és un placer estar aquí hoy.

Ni siquiera estaba allí, pero me ahorré decirlo.

Los más educados presentes aplaudieron, yo ni siquiera lo tomé en serio y seguí mirando hacia la multitud.

ㅡComo cada año, en cualquier competición o "sistema", hay actualizaciones.

El hombre, pelinegro y de ojos verdes y profundos como un billete de dólar,sonrió cínicamente. No me sorprendió para nada que sorprendiera a un par de distraídos. Vestía unas ropas aterciopeladas que lo hacían ver cómo un macábro secuaz de algun temible asesino en serie.

O a lo mejor un asesino en serie.

Sonreí con arrogancia y me juré a mi misma intentar evitar lo máximo posible a ése hombre,al que ya había visto repetidas veces por televisión. Al parecer tenerlo metafóricamente hablando delante, era mucho peor de lo que parecía en cuanto aparecía en las últimas horas de los noticieros por escándalos de mafias e paraísos fiscales.

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