Cap. 2 "Doctores, Piedras y Agujeros"

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Los guardias transportaron a Gina a través de los túneles hasta llegar a una pequeña puerta de metal incrustada en la piedra. Enfrente de esta se encontraban dos guardias que al ver a Gina cautiva, soltaron un suspiro de alivio y los dejaron pasar. Dentro se encontraron en una recepción con un escritorio tallado en piedra, detrás de este se encontraba una recepcionista que al ver a la chica, al igual que los guardias, soltó un soplido de alivio. Al fondo del lugar se encontraba una rampa en espiral que conducía a los laboratorios inferiores. Bajaron la rampa con dificultad ya que la carretilla entraba justa en aquel angosto espiral.

Habiendo bajado varios metros en el subsuelo llagaron a un pasillo iluminado con hongos fosforescentes, las paredes estaban llenas de puertas incrustadas en la piedra. Entraron en una y observaron una sala de operaciones, la mesa del centro tenia unas correas de cuero  y sobre de está colgaba del techo una esfera enorme de metal. Los guardias empezaron a desatar a Gina y en el momento justo que le quitaron la camisa de fuerza intento correr a la salida, pero antes de que pudiera salir por la puerta un guardia la sujeto del brazo y la arrastro a la mesa quirúrgica.

-¡Suéltame!- Entre los jaloneos, Gina empezó a toser sangre y se derrumbo en el suelo. El otro guardia se acerco y entre los dos cargaron a la chica y la colocaron sobre la mesa -Suéltenme... Estoy bien...- Los guardias la ataron con fuerza a la mesa para que no pudiera escapar. Cuando terminaron se apartaron y presionaron un botón que se encontraba en la pared. La esfera que estaba en el techo se desprendió y como una serpiente escaneo a Gina mientras que esta luchaba contra las ataduras. Termino el escaneo y mando los resultados a una computadora que se encontraba en una esquina de la habitación. Los guardias se observaron mutuamente con cara de confusión hasta que uno tomo la iniciativa y se acerco a la computadora.

-No entiendo nada de lo que dice este aparato. ¿Qué se supone que tenemos que hacer ahora?- dijo intentando leer inútilmente los resultado en la computadora.

-Creo que deberíamos llamar a alguien-  Justo después de decir esto por la puerta entro un hombre joven de lentes vestido con una bata de laboratorio y unas bermudas. Al igual que la recepcionista y los guardias, al ver a Gina soltó un suspiro de alivio. Acto seguido se dirigió a los guardias.

-Disculpen la tardanza, acaban de reportarme su regreso- Hizo un pausa -La ultima vez tardaron dos días en encontrarla así que pensé que tardarían más- Volteó a ver a la chica y observó la sangre alrededor de su boca. Después se dirigió a los guardias.

-Les pediré que esperen afuera- Los guardias asintieron y salieron cerrando la puerta tras ellos. Volteó a ver a Gina y al fijarse en la sangre otra vez, la miro compasivamente.-¿Qué te paso?

-Carol- Respondió Gina con un puchero.

-Ohh... Ya veo- El doctor se acerco a la computadora y leyó el reporte - Parece que tienes destrozado el baso... Habrá que operar.

-¡NO!, no una cirugía. Él va a...

-Tranquila el doctor Ulises esta en una reunión con Carol, así que solo yo estaré en el quirófano. No te haré daño.

Gina se relajo un poco, ya no tenia que preocuparse por el doctor Ulises, que, seguramente aprovecharía esta oportunidad para realizarle pruebas extremadamente dolorosas. El doctor Javier era diferente, odiaba verlos sufrir así que hacia todo lo posible para que ninguno de ellos sintieran dolor.

El doctor Javier saco una jeringa de un cajon debajo de la computadora e inyecto a Gina. Al momento de administrarle anestesia,  se quedo profundamente dormida. Entre los 2 guardias y el doctor la ataron de regreso en la carretilla y se la llevaron a una habitación al fondo del pasillo.


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-Wow vieron eso casi le doy.

-No es cierto, te faltaron kilómetros para llegar.

Unos niños se encontraban jugando a lanzar pequeñas piedras a los agujeros altos en la pared de la cueva, ganaba el que más piedras logrará meter. Este era un juego muy común gracias a la falta de espacio. Los niños seguían con su inocente juego cuando una de las piedras voló y dio justo en el agujero más alto.

-¿QUÉ? ¿Quién le dio a la cima?

-Espera ¿Alguien le dio a la cima?

-Si, mira ahí esta la piedra.

Todos los niños voltearon a ver el agujero, algunos con cara de incredulidad y otros con curiosidad. Notaron una solitaria piedra que yacía en aquel agujero, todavía no habían salido de su asombro cuando otra piedra entro en el mismo agujero.

-¡¿Quién fue?!

-¡Fue ella!- Grito un niño apuntando a Gina, que en ese tiempo tenia unos 8 años.

-¿Fuiste tú?- Pregunto un niño que se abria paso a través de los demás niños que no podían creer que ella lo hubiera logrado.

-Si yo fui, no es gran cosa.- Dijo Gina tomando otra piedra, lanzandola y dando justo en el agujero de la cima.

Durante el resto del día todos se la pasaron encima de Gina haciéndole preguntas o intentando conversar con ella. Gina se sintió incomoda con tanta atención y se mantuvo callada. También le pedían que repitiera su gran hazaña, Gina lo repitió varias veces sin fallar y sin esfuerzo alguno, dejando maravillados a todos los niños presentes. Cuando se hizo tarde Gina se dirigió a su hogar, asegurándose de que nadie la siguiera.

Su hogar era un agujero largo y angosto en la pared donde la cabeza de Gina casi tocaba el techo. Dentro de esté había una cobija, ropas viejas y un muñeco hecho de pedazos de tela. Gina entro, se cubrió con la cobija y se quedo profundamente dormida. A la mañana siguiente despertó y se dirigió a la pared de agujeros. Estando por llegar le sorprendió que no había ningún niño a la vista, solo una señora vieja con el cabello recogido con un chongo. Se encontraba contemplando el agujero de la cima, Gina sintió un mal presentimiento antes de acercarse lentamente a la mujer.

-Disculpe ¿Qué hay de interesante en ese agujero que mira?- La mujer volteo a ver Guina y respondió 

-La verdad no es por el agujero. Ayer escuche el rumor de que una nena logro atinarle 1000 veces seguidas sin esfuerzo alguno- Dirigió su mirada de nuevo al agujero- La verdad esta más alto de lo que creí, es impensable que una niña le atinara tantas veces... ¿Tienes idea de quién fue?

-¿Porqué le interesa tanto?

-Estoy buscando niños talentosos para un proyecto que tengo en beneficio de la aldea- Dijo con una sonrisa dulce y soñadora.

-¿Me crería si le dijera que soy yo?

-¡Tú, enserio! Pero mírate, solo tienes como 6 años y tu ropa es un asco. Acaso tus padre no tenían algo mejor para vestirte- Gina  se molesto con la mujer, por haberla llamado mentirosa y el comentario.

-Yo no tengo padres- Acto seguido tomó una piedra y la arrojó hacia el agujero, como las veces anteriores dio en el blanco. La mujer sonrió con satisfecha y se agacho a abrazar a Gina. La niña se quedo demaciado sorprendida para protestar.

-Oh cariño lamento haber dudado de ti- Le soltó y la miro directo a los ojos.-¿Te gustaría venir conmigo y ayudarme en mí proyecto? De ahora en adelante yo cuidare de ti.- Gina quedo desconcertada, no sabia muy bien que acababa de pasar, pero la idea de que alguien la quisiera no le sonaba mal. Todo su enojo anterior se desvaneció.

-Si. - dijo fielmente.

-¿Cómo te llamas?

-Gina, y usted.

- Llámame Mamá.

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