Erodama, los pensamientos de una chica

Erodama

Nunca me senti tan preparada para este momento, nunca pense que este momento llegaria, pero estaba enfrente de ese chico que tanto me gustaba, yo recostada en su cama, con las luces apagadas la unica iluminacion era la de la luz de la luna, y en el pegandole la luz de ella, mostrando su cuerpo semidesnudo, el se acerca lentamente hacia mi poniendose arriba mio, estaba tan nerviosa, no sabia que hacer, pero el se acerco a mi oido susurrandome sentiras mi cuerpo y alma junto a la tuya, en eso empieza a besarme lentamente mientras el desabotonaba mi camisa, y yo le quitaba el pantalon, mientras se lo quitaba podia sentir como su duro pene ya estaba listo, con solo el rosar de mi mano en su pantalon podia sentir lo duro que estaba, sentia esa sensacion de calides en mi, una que nunca senti...esa sensacion de excitacion que con los besos la alimentaba mas y mas, el empieza a besarme lentamente desde mi cuello hacia abajo, y cada vez mas abajo, hasta cuando sus besos llegan a mi abdomen, en eso bajo sus pantalones junto con su boxer y la vista, es ese erecto y grueso pene de el, no podia creerlo, gentilmente lo tomo con mi mano y puedo sentir lo caliente que esta, al momento de sentirlo, mi vagina empieza a humedecerse, con esa gran sed que tenia por el, muevo mi mano masturbandolo, cada vez mas rapido ,es increible, estaba nerviosa cada vez mas, pero sabia que debia hacer, asi que lo lami gentilmente en la cabeza de su miembro, con la punta de mi lengua hacia circulos en el, cada vez una tras otra, lentamente mientras lo hacia, escuchaba sus pequeños, suspiros y ligeros gemidos que soltaba con cada vez que lo hacia, me excitaba cada vez mas escucharlo a el, como lo lleno de placer, pero ya tenia que tenerlo, mi cuerpo me gritaba fuertemente, que nuestras almas se juntaran, continuaba lamiendolo de arriba hacia abajo, sintiendo lo recto, y su olor el cual desprendia era como un afrodiciaco, era algo indescriptible, pero me sentia algo...debil..no sabia por que, en ese momento, el me aparta y me recuesta en la cama, se quita por completo el pantalon dejando solamente el puro boxer, me coloca en su regazo, empiezo a temblar de esa fuerte sensacion la cual recorria todo mi cuerpo, coloca su mano en mi cuello y empieza a deslizarse poco a poco tocando todo, desde el recorrer de mi pecho deteniendose un momento para apretar mi pezon de manera brusca haciendo que suelte un ligero gemido de dolor placentero, su mano continuaba recorriendo mi cuerpo pasando al addomen, y dirigiendose lentamente mas abajo, hasta llegar a la parte mas sencible de mi, acariciandola de manera gentil con sus dedos rozandolos al mismo tiempo que frotandolos de manera suave y delicadamente
Pasandolos alrededor de mi humeda vagina en eso pone 2 de sus dedos en ella frotandolos por la superficie de arriba hacia abajo de manera como si la masajera, sentia como mi cuerpo temblaba de ese placer que me llenaba, en ese intante mete lentamente sus dedos dentro de mi interior moviendolos de manera circular expandiendo suavemente mi interior, mientras con su otra mano jala con fuerta de mis pezones mientras aprieta la punta diciendome..-seras una buena niña?.En ese momento no podia responderle lo unico que se oia en ese momento era mis ligeros gemidos, en eso mete un tercer dedo en mi interior de manera imprevista provocando que suelte un fuerte gemido -aah!~. Mi cuerpo temblaba mas, no sabia que responder, estaba mas concentrada en ese placer que sentia no habia otra cosa mas en la que pudiera pensar, en eso el dijo, -ya que no contestas, veamos si soportas un pequeño castigo. Cuando me lo dijo, lo dijo de una manera muy sospechosa, pero no le di tanta importancia, mi cabeza estaba completamente en blanco, sentia como sus dedos entraban y salian de mi interior cada vez mas rapido, haciendo que se escuche el sonido de mis jugos vaginales cada vez que entran y salen sus dedos de mi, gemia cada vez fuerte, sentia como mi cuerpo se desvanecia con el placer, me hundia más y más profundo, sentia que algo se aproximaba, algo muy dentro de mi, cada vez el metia y sacaba