Capítulo 45

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Loki estaba agotado. Tan pronto como pasó una hora sentado en el regazo de Thanos para apaciguar el temperamento del rey, le pidió a su esposo que lo llevara a la cama. Se habían acoplado la noche anterior, por lo que Thanos devolvió a Loki a sus propias habitaciones, que estaban más frescas, y le daría a Loki más descanso. El Jotun se dejó caer con gratitud en su cama, jurando que no lo dejaría en una semana.

-Pequeño hacedor de travesuras- murmuró Thanos, apartando el oscuro cabello de la cara de Loki.

 -¿Te diste cuenta de lo que podría haber pasado por tu aliento?-

Loki se encogió de hombros cansado. Su almohada era demasiado suave para dejarla. 

-Llegué a la conclusión de que fue una idea peligrosa y terrible con terribles repercusiones

La boca de Thanos se crispó.

-Sin embargo, lo hiciste de todos modos-

-Por supuesto

Loki bostezó.

- Al menos, no era aburrido-

Una risa fuerte y estruendosa lo sobresaltó.

-Solo tu, mi gema, podrías juguetear con el caos sólo por diversión- se rió Thanos, inclinándose para darle un beso de buenas noches a Loki. 

-Tendré que recorrer el recuerdo de su mejilla de tus labios-

Loki le dio a su esposo una sonrisa somnolienta, pero contenida.

 -Espero ser reclamado- Estaba dormido antes de que Thanos hubiera terminado de cerrar la puerta.

En la noche en que Loki volteó en su cama, las sábanas suaves se separaron de su torso y se enredaron alrededor de sus piernas estiradas. Los rizos negros cubrían su cara pacífica, el aumento de su pecho superficial y tranquilo.

El golpe de algo contra el marco de la ventana hizo que el durmiente Jotun se moviera. Luego, un chasquido de una amplia planta de hoja lo despertó, parpadeó furiosamente para aclarar su mente y su visión. La tenue luz no era un obstáculo para sus ojos penetrantes, y al instante divisó la rama afuera en el jardín de la galería que temblaba con un movimiento antinatural. Dos manos aparecieron en el alféizar de la ventana, pálidas y humanoides.

Loki saltó de su cama, gruñendo mientras plantaba sus pies, sus dedos encrespados brillaban con un hechizo listo para que cualquier asaltante se atreviera a mostrar su rostro. Se sorprenderían de que la Reina Jotun no estuviera tan indefensa como lo haría creer Una figura apareció a la vista, y Loki se atragantó con el reconocimiento de la sonrisa soleada y los brillantes ojos azules que casi brillaban en la tenue luz.

-¿Qué estás haciendo aquí?-

 Exigió en un fuerte susurro, corriendo hacia adelante cuando Thor se deslizó en el borde y gruñó mientras trataba de levantarse. El resplandor desapareció de sus dedos mientras Loki tiraba de la bata carmesí y la armadura de cuero para jalar al Asgardiano el resto del camino hacia la habitación.

Ambos se estrellaron contra el suelo en un montón enredado. En el instante en que Loki escuchó a Thor comenzar a reírse, apartó al hombre más pesado.

-¿Estás borracho, o simplemente eres estúpido?

Preguntó Loki, aún manteniendo la voz baja. No estaba seguro si estaba más enojado o asombrado de que Thor intentara algo tan suicida.

Estuvo a punto de quedarse sin aliento cuando le agarraron la mano, la bajaron y presionaron sus labios calientes.

-Si estoy borracho, es solo a la vista de la luz de la luna reflejada en tu piel clara- rugió Thor, mirando a través de gruesas pestañas doradas.

Por un momento, todo lo que Loki pudo hacer fue mirar boquiabierto como un pez, con la boca abierta. Sintió que se le calentaba la cara y odió a Thor por arrojar sus emociones al caos.

-¡No seas ridículo!-

 Siseó, apartando su mano. ¡De todas las tonterías que el príncipe podía hacer, esto era lo peor! 

-¿Tienes idea de la cantidad de peligro en que te pones al venir aquí?-

La sonrisa confiada de Thor resbaló.

 -Lo entiendo, mi cielo nocturno. Es realmente horrible aquí, bajo el peso de ese tirano. Por eso he decidido no demorarme por un segundo-

-¿Demora en qué, exactamente?-

Tu rescate, por supuesto!-

 Dijo Thor, poniéndose de pie y escabulléndose por la ventana, escondiéndose detrás de la esquina para no ser visto.

Loki estaba absolutamente estupefacto. Abrió y cerró la boca un par de veces antes de que las palabras volvieran a él.

-¿Estas loco?-

-Lo suficientemente loco como para luchar por amor? Cualquier día de la semana -

Cuento mas viejo que el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora