XXXV:
Estoy a punto de dejarte ir. No porque ya no te quiera, ni tampoco porque me haya rendido.
Te amo más que nunca y estoy dispuesta a luchar hasta el final.
Pero tengo que dejarte ir, encontrarme conmigo misma.
Tengo que dejar de preocuparme por el futuro, por lo que pueda o no pasar.
Estoy a punto de dejarte ir. Y eso me da miedo.
Alguien más podría fijarse en ti, o tú podrías fijarte en alguien más.
La gente preguntara si te he superado, y yo les diré que sigo obsesionada con la idea de ver tu nombre junto al mío. Y que me sigo emocionando al imaginar tus ojos mirando profundamente los míos. Sigo sintiendo un terremoto dentro de mí al imaginar tu voz cerca de mi oído, tu respiración, tu aroma.
Pero aun así estoy a punto de dejarte ir. Dejaré que mi mente se centre en otras cosas.
Dejaré esta partida en manos de Dios y pasará lo que tenga que pasar. Lo que este destinado a que nos suceda.
Y aun así, le seguiré pidiendo que nosencontremos, en esta vida o quizás en otra.