¡Estrellas!

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Steve seguía mirando a la niña que se suponía era su hija, si había un parecido ligeramente de los dos en aquella pequeña, Natasha por su parte sólo podía imaginarse a ella misma de pequeña su turbulenta niñez reflejada en aquella niña que estaba del otro lado del cristal, sintió una punzada de dolor.

—¿Podemos hablar con ella?

Fury miro a Romanoff realmente no creía que fuera adecuado presionar demasiado a la niña todavía estaba en trance de adaptarse a lo que estaba sucediendo y la pequeña no tenía idea que las personas del otro lado del vidrio fuesen sus padres, también estaba seguro que era posible que ni siquiera supiese que significaba aquella palabra.

—No la presionen.

Romanoff miro a Steve. Entraron en na habitación que albergaba a la niña y de cerca era mucho más hermosa, su cabello rojo estaba medio despeñado y sus mejillas ligeramente rosadas daban ganas de apretarlas. Se movió sobre la cama pero no despertó sino hasta que Natasha la sacudió con demasiada suavidad que se sorprendió que la niña abriera los ojos, cuando lo hizo ambos padres se encontraron con dos enormes orbes azules tan azules como los de su padre. En la cara de la pequeña había confusión y miedo.

—No vamos a lastimarte — Steve habló con suavidad.

—Estrella— señaló la niña mientras su dedo índice apuntaba al símbolo que llevaba el uniforme de Steve.

Para Natasha y Steve fue como si escucharan a los mismos ángeles hablar, su voz era dulce y sonora.

—¿Te gustan las estrellas?— Romanoff miro como la niña asentía. —Si hablas con nosotros vamos a darte todas las estrellas que quieras ¿De acuerdo?

Natalie asintió tan de prisa como oyó "todas las que quieras" si era cierto que había  estado bajo tierra 8 años pero sabia lo que sacar provecho significaba.

Tanto Rogers como Natasha se sentaron uno a cada lado de la niña.

—Las personas que te tenían...¿Que recuerdas de ellas? — la rusa sostuvo la mirada de la niña.

—Malas— replicó esta mirando a Natasha.

—¿Malas en que sentido? — esta vez  Steve habló.

—Malas— repitió.

Natasha se rasco la cabeza. —¿Recuerdas que hacían? ¿Porque eran malas?

—Me dolía— Natalie balanceo los pies que le colgaban de la cama.

—¿Que te dolía?

—Estaba yo en una cama y me ataban después conectaban cosas a mi cabeza y hacían que me doliera mucho.

Natasha sintió el corazón demasiado pequeño, ella sabía lo que la tortura significaba y verse reflejada en aquella niña que era su hija dolía el doble.

—¿Alguna vez te dijeron algo sobre si Tejías papás?

Natalie miro a Steve confundida.

—¿Papás? — la niña pronunció las palabras como si nunca las hubiese oído. —Comiamos papas — agregó estirando la mano para tocar la estrella del pecho de Steve.

Natasha  intentó no reír por el último cometario de la niña. Miro a Steve dándole a entender que  pequeña jamas fue informada sobre eso.

—Dime— Natasha le miro —¿Recuerdas el nombre o algún nombre de quien o quienes te hacían sentir dolor.?

—Strucker— replicó ella con dificultad al pronunciar el nombre.

Steve sintió cólera totalmente estaba seguro que la estancias de Natalie en ese sitio había dejando cicatrices en la niña.

—Gracias por hablar con nosotros— le dedicó una sonrisa a la niña la cual ella le devolvió.

—Toma— Steve saco la estrella de su uniforme mientras Natalie la sostenía en sus manos.
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—Tenemos poca información.

—¿Que esperabas? — Steve se sentó. —¿Que te relatara con lujo y detalle? Apenas y si se acuerda de cosas además no es buena idea presionarle.

Natasha suspiro pero si Steve tenía razón.

—¿Como es que paso?

El rubio miro a la pelirroja, se puso de pie y le abrazo con él, habían terminado su relación hacia bastante pero no dejaban de sentir afectó el uno por el otro.

—No es tú culpa Natasha— la miro a los ojos.

—Debi saber que estaba embarazada.

—Oye se que esto es bastante duró y difícil pero esa niña y esta aquí y lo que ahora debemos hacer es intentar acercarnos a ella y que confíe.

—No estuvimos cuando mas nos necesitó ¿Como se supone que pueda lidiar con todo? Yo misma pase por eso Steve se lo que se siente y las heridas no se borran de prisa.

—Estamos con ella — sostuvo el rostro de Natasha  —ella  nos tiene a ambos y tú me tienes a mí.
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Natalie saboreaba con ganas el helado que Natasha le había dado cada vez que aquella masa fría sabor chocolate tocaba el paladar de la niña los ojos de esta se iluminaban.

—Quiero más.

—Es suficiente ya te has comido dos porciones.

Natalie arrugo la nariz algo decepcionada.

—Lo dejamos para mas tardé.

—¿Cuando es mas tarde?—miro el recipiente pasando los dedos para tomar lo poco que quedaba.

Natasha cogió el envase para ponerlo en la basura y evitó que Natalie corriera a él para sacarlo.

—¿Es la estrella que Steve te regalo?

Natalie hizo memoria y asintió.

—¿Te gustan las estrellas?

—Si— jugueteó con la que tenía en la mano —cuando había dolor contábamos estrellas para no sentir.

—¿Habían muchos niños contigo?

—Si.

—¿Que paso con ellos?

—Morian algunos.

Romanoff sintió un alivio grande de saber que Natalie estaba viva y estaba segura que las cosas serían distintas si aquella niña hubiese muerto.
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Steve colocó la tienda de campaña en el patio traseros en SHIELD el cielo estaba despejado y con millones de estrellas, ya Natasha le había dicho el gustó de Natalie por ese astro.

Natasha llegó con la niña y cuándo esta miro el cielo no podía contener el asombro pues nuca había visto las estrellas de verdad. Los tres entraron en la tienda con la entrada abierta Steve y Natasha  tuvieron que responder tantas preguntas sobre las estrellas que Natalie solo quedaba mas fascinada.

Al fin el sueño la venció igual que Natasha, ambas se quedaron dormidas Steve les contempló con una sonrisa.

—Mis chicas— agrego mientras las cubría con la sabana y también se dormía.

Natalie Rogers Romanoff🎀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora