Para Natasha era difícil ver a la niña dentro de aquel contenedor, con una serié de cables que adornaban la diminuta cabeza pelirroja de la niña. El corazón se le encogía al recordarle a una joven Natasha pasando por la misma situación, se le ponía la piel fría y un escalofrío recorría su espina dorsal.
Sintió la mano caliente de Steve ponerse en su hombro, inmediatamente sintió una calma demasiado necesaria en todo su cuerpo.
—Es necesario, necesitamos saber varias cosas.
Romanoff quiso que aquello no fuera necesario. Pero en el fondo sabia que debían saber demasiadas cosas puesto que tenían muchas preguntas que para la niña iba a ser difícil responder sin ayuda.
La pantalla que monitoreaba el desarrolló de Natalie se iluminaba cada que ella recordaba algo. Gracias a la tecnología podía mostrar imágenes en tiempo real, era como si la niña pensara algo y la pantalla lo dibujaba.
—Con cuidado- se podía ver a dos hombres usando una médica sostener algo pequeño en sus manos. Uno de ellos se sobresalto cuando las llantos del bebé recién nacidos comenzaron a sonar. —La pondré en resonancia para examinarla.
El otro nombre se encargaba de saturar la herida, Natasha hacía acostada boca arriba completamente inconsciente. Los dedos del hombre se movían sigilosos. —No tardará en sanar ni siquiera sabrá que pasó.
En otra habitación la pequeña cría seguía retorciéndose y llorando, tuvo que ser sedada para aplicar los estudios necesarios.
—¡Bellísimo!-Habló el mismo hombre con bata que había cosido la herida de Natasha. —Un ADN único suero de súper soldado y escénica de la KGB.
La imagen fue interrumpida.
—Su memoria funciona a corto plazo una parte de ella no quiere recordar lo que pasó —el técnico salvo la imagen que se había generado para archivarla.
Natasha sintió una punzada ahí mismo donde habían saturado la herida, no tenia nada. El hombre tenía razón como si en realidad no hubiera pasado nada, el dolor subió hasta su garganta.
—¿Recordará algo más?
El técnico miro a Rogers —Es posible pero lo hará a su tiempo, ella intenta borrar esos recuerdos.
—No la culpó -—Romanoff miró a la niña que ahora bebía un vaso de agua. -Nadie quiere revivir un pasado tan jodido - esta vez hablaba de si misma.
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Natalie ya hacía acurrucada en la cama, mientras dormía Steve le observaba. Era tan adorable que sonreír le era inevitable una mezcla perfecta de Natasha y suya. Se preguntó como habrían sido las cosas si la niña no se hubiese pedido todos estos años de su lado, a veces una culpa innecesaria lo invadía.—Solo podemos esperar a que ella quiera recordar —Natasha se coloco detrás de él —no veamos a obligarla ¿cierto?
Rogers acarició la sonrojada mejilla de la niña, para después incorporarse. —Supongo que no.
La rusa se concentró en Natalie era tan indefensa y frágil, que le era imposible no verse reflejada en ella.
—No tienes porque sentirte, de ese modo Natasha—la rusa lo miró -culpable- aclaró Steve —no sabíamos nada al respecto de otro modo habríamos tomando cartas en el asunto.
—No es culpa—le miro con tristeza. —Mas bien ed sentido común.
—Nat— se acercó a ella, hace tiempo que no sentían la cercanía del otro —es momento de dejar de lado el pasado, tememos una niña aquí que necesita renovarse con muestra ayuda.
Él tenía razón, permitirse volver a sentirse mártir no debía pasar, no ahora que aquella pequeña parte suya necesitaba sentirse protegida y podía hacerlo porque pensaba darle la protección necesaria toda aquella que ella misma no había tenido.
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—Quiero helado — Natalie se arrastró hasta la cocina donde Rogers se encontraba.—Ni siquiera has cenado— el capitán colocó rodajas de papa acompañadas de una milanesa con brócoli.
La cara de la niña se contrajo.
—Voy a ponerle helado — intento abrir el refrigerador pero Steve se lo impidió.
—El postre es para después.
La pequeña se cruzó de brazos arrugando la frente, Steve de inmediato se imaginó una versión pequeña de Natasha.
—Si lo terminas todo, podrás comer dos bolas de helado.
—Que sean tres, soy yo quien se va comer esa cosa verde — señalo el brócoli.
—Ok, tres.
Ella se sentó a la mesa, comiendo de forma tan rápida que Rogers creía que en cualquier momento se iba a atragantar.
—Despacio — Steve le paso una servilleta.
Cuándo el plato estuvo vacío la niña lo mostró a Steve en un intento de comprobar lo obvio.
—Ahora mi helado.
Claro que Steve le hizo esperar hasta que la comida se le asentara. Natalie parecía impaciente pues no se separó de Steve en ningún momento.
—¿Compartiendo tiempo de caridad? — Romanoff sonrió al ver a ambos en la cocina.
—No te creas solo esta aquí por el helado.
Los ojos de la niña se iluminaron cuándo Natasha le dio lo que tanto estaba queriendo y fugas desaprecio.
—Ya ves.
Ella sonrió. —No se como lidiar con todo esto.
—Tampoco yo...pero...—le sujetó ambas manos. —Estamos en esto juntos.
Sentía la necesidad de hundirse en los abrazos protectores de aquel hombre, debía admitir que lo extrañaba.
—Steve yo...
—¡Steve!
Tanto Rogers como Romanoff se giraron a la entrada de na cocina, Sharon sonreía como una tonta adolescente.
—¡Sharon! — Steve casi esbozó na misma ridícula sonrisa.
Natasha pudo ver como Cárter se metía en los brazos de Steve. Al parecer con tanto trajín con la llegada de Natalie había olvidado ese detalle, se había dado un chance con Sharon.
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Natalie Rogers Romanoff🎀
FanfictionEra increible que aquella pequeña y fragil niña de cabellos rojos y vivaces ojos azules tenía lo necesario para hacer que el soldado de la vieja escuela y la audaz espía volviesen a estar más unidos que nunca.