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N a r r a c i ó n

estaba terminado de ponerme la ropa limpia que Helly me había traído la última vez que había venido a verme, agradecí intensamente poder ponerme otra ropa para salir del hospital, después de casi tres días encerrada entre esas paredes lo único que quería hacer era poder sentir el aire fresco.

Escuché un chirrido que provenía de la puerta de su habitación, no me dio tiempo a reaccionar cuando entró la persona que lo provocó.

Era Nathan, prácticamente le había obligado a que se fuera a descansar a casa de Helly ya que no me había dejado sola ni un momento.

— Veo que tienes mejor cara — le dije sonriendo al ver que incluso su color de piel había mejorado.

— ¿Eres consciente de que vas a volverte conmigo a Omaha, verdad?

— Nathan, si es cierto lo que dices, tengo que saber quien me hizo esto y denunciar a esa persona, no puedo irme sin más de aquí.

Nathan me había contado todo, y estaba de acuerdo en que no había sido un simple accidente y que detrás de eso se escondía la persona que quería hacerme daño.

No quise decir nada, pues sabía quien podría haber sido el causante de todo esto.

Mi padre.

— No quiero que vuelva a pasarte nada. — sentenció.

— Esto me pasó estando contigo ya viste que no cambia nada que estés aquí.

A pesar de agradecerle su compañía durante estos días, seguía recordando la última conversación que estábamos teniendo y seguía enfadada.

— Nina, escúchame.

No podía marcharme de la habitación aunque quisiera por lo que tuve que sentarme en la cama y escuchar.

Aún sentía dificultad al respirar, me frustré cuando vi que Nathan tenía razón y que en ese estado casi no podía valerme por mi misma.

— Vas a volverte conmigo quieras o no a Omaha, lo que está en juego es tu salud y ante eso no quiero que se interponga nada.

Sentí una presión en el pecho que me impedía respirar, mezclada con sollozos que de un momento a otro se convirtieron en un mar de lágrimas que ninguno de los dos fuimos capaces de detener.

— Nathan hay algo que no te he dicho. — no supe si me había escuchado bien, pues era más sollozos que persona.

Este se incorporó de inmediato y me miró de aquella manera que solo él sabía hacer.

— Creo que la persona que quiere hacerme daño es mi padre.

Vi como apretaba sus puños y respiraba hondo antes de volver a hablar.

— ¿Por qué un padre sería capaz de hacerle eso a su propia hija? — Dijo para a continuación cubrir su rostro con sus manos, el malestar había vuelto a su cara de nuevo.

— El tipo de padre que odia a su hija por matar a su madre.

Nathan me miró atónito.

Era la primera vez que decía esto en voz alta y me sentía cada vez peor.

— No es como piensas.

Aunque no fuera momento para reírse, sentí la necesidad de hacerlo cuando vi a Nathan suspirar de tranquilidad.

— Cuando mi madre estaba embarazada de mí, los médicos le dijeron que había un riesgo muy alto de que ella muriese si me daba a luz.

— Pero si eso fue decisión suya, ¿qué culpa tienes tú aquí?

— Mi padre intentó a toda costa frenar ese embarazo y que nunca diera a luz, sin embargo el amor de mi madre hacia mi lo pudo todo.

Sentí como una lágrima se deslizaba por mi mejilla y como Nathan la retiró con su dedo.

— Sigo sin comprender por qué tu padre siente tanto odio hacia ti, debería amarte, pues eres lo único que le queda que pertenece a tu madre.

— Y lo fui, hasta que crecí y comprobó cómo con el paso del tiempo me iba convirtiendo en la viva imagen de mi madre. Escuchaba como hablaba solo en su habitación maldiciendo el día en que nací y como gritaba y lloraba diciendo que tan solo había una persona igual que mi madre. — suspiré — Y esa tan solo podía ser ella.

Nathan permanecía con su rostro impasible, escuchando todo lo que decía, sujetando mis manos mientras seguía hablando.

— Mi abuela vio como todo empezó a empeorar, mi padre poco a poco fue perdiendo la cordura y cada día se fue volviendo más violento.— tuve que detenerme ya que mi pulso comenzó a dispararse— A día de hoy sigue sin superar la muerte de mi madre, sigue creyendo que es todo por mi culpa y estoy segura de que quiere verme muerta.

De nuevo sentí como mi pulso se aceleraba desmesuradamente y comencé a llorar como nunca antes lo había hecho.

Entre los brazos de Nathan sentí por primera vez que había alguien que sería capaz de arriesgar todo y con él su vida para protegerme y era algo a lo que no estaba acostumbrada.

Baby Girl. Nathan Maloley Instagram ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora