Six

796 68 2
                                    

—Vamos, Bitch-chan. No es tan difícil. —Canturreó Laito—. Repite después de mí: "Su--Subaru-kun..."

Imitó una voz femenina, horrible y sumamente aguda.

—Subaru-kun... —repetiste. Juraría que tenías tu ceño fruncido y mirada determinada.

—No, no, no, y no, Bitch-chan. El tartamudeo es esencial para estos pedidos.

—Bien, Laito-kun. —Aclaraste tu garganta—. Su--Subaru-kun...

Mi respiración estaba acelerada, mis mejillas calientes... Todo por ese tono inocente de voz que usaste.

"Quisiera pedirte algo..."

—Quisiera pedirte algo...

—Tendrías sexo salvaje conmigo durante toda la noche.

—La--Laito-kun, no Pued--

—Ah... Vamos Yui. —Interrumpió Shuu—. El sexo no es nada del otro mundo.

—Pero... —ibas a replicar.

—Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas.

Salté de mi lugar y giré violentamente encontrándome con Reiji. De seguro me veía ridículo. Sentía la cara caliente y mi cuerpo sudoroso.

Él entrecerró los ojos y acomodó sus lentes, analizándome de punta a punta.

—Ve a darte un baño frío, niño depravado.

Sin decir más siguió su camino. No lo entendí hasta que miré mis pantalones.

—Mierda. —murmuré. Escuchaba las risas de Laito y Shuu. —Tsk.

Desaparecí del pasillo y me senté en nuestra cama. Me deshice de la ropa y caminé al baño de la habitación. Sumergido en pensamientos, suspiré, abrí la puerta.

Estabas tú. En la bañera. Con un pato de goma entre tus manos. Petrificada. Colorada. Mirándome.

Y yo no traigo ropa.

Mierda.

El color sube otra vez.

Deslizas tus ojos por mi cuerpo. Observas mi cara, mi pecho, mi abdomen... Giras la cabeza.

—Yu--Yu--Yui... ¿Qu--qué haces?

¿Ya te dije que odio mi suerte?

—Na--nada, Subaru-kun.

Juegas nerviosa con el pato.

Subaru-kun...

—¿No estabas en la cocina?

—Sí... Kanato-kun me dió un aventón...

—Oh...

Incomodidad. A pesar de llevar tiempo juntos, de conocer nuestros cuerpos como nuestro libro favorito, seguimos siendo unos niños tímidos.

—Se--será mejor que espere fuera —dije dándome vuelta.

—¡No! —Giré sólo la cabeza—. Eh... Puedes bañarte conmigo, Subaru-kun.

—¿E--eh? Qu--qué dices, t--t--tonta.

—¿No quieres?

—¡Sí! ¡N--no! ¡Tonta!

Reíste. Sonreí. Nos bañamos juntos.

Si hubiese sabido que todo acabaría así te abría hecho feliz, Komori Yui.

Hello.  [Yui Komori x Subaru Sakamaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora