—Entonces... ¿El indicado es Subaru? —dijo "Esa Persona", mirándote sonriente.
—Así es, Sakamaki-san.
—Oh, por favor, querida. Somos familia a partir de ahora. Llámame suegro, papá, Karl —comentó alegre.
Sin duda alguna odiaba a Karl Heinz. Ese ser al que tengo que llamar padre, al que tanto me parezco.
Apreté tu mano. ¿Desde cuándo las teníamos unidas?
—¿Qué sucede, Subaru?
Comencé a temblar en cuanto sus ojos rojos se posaron en mí. Su voz mostraba preocupación falsa, lo sabía. Maldito viejo.
—Subaru-kun, ¿te encuentras bien? —Tomaste mi mano entre las tuyas al mismo tiempo que me mirabas. Noté que también estabas nerviosa por la sorpresiva visita de este hombre.
—Sí..., Yui —susurré para que escuches, aunque los demás igual lo habían hecho.
Sonreíste. Sonreíste igual que hoy al despertarnos: Con amor. Una sonrisa suave, tierna, verdadera. Acompañada de tus expresivos ojos rosas.
—Harán vomitar a Ore-sama —habló Ayato chasqueando la lengua, mirándonos irritado desde un sofá. Mirándote, Yui—. Ayer Ore-sama no pudo dormir. Chichinashi grita mucho mientras la cogen.
Ayato sonrió arrogante. Ambos nos sonrojamos de vergüenza.
—¡Ca--cállate, idiota! —grité.
—Nfu~. —Lo que me faltaba—. Ayato-kun tiene razón: ayer Bitch-chan gritaba del placer. Me excité tanto de solo escucharte que... —Laito mordió su labio inferior mientras ahogaba un gemido. Sus mejillas estaban coloradas—. Tuve que hacer cosas sucias pensando en tí —dijo, juguetón.
—Laito-kun... De-- —Ibas a protestar
—En verdad que eres una mujer obscena. —Pero te interrumpió Shuu—. ¿No tienes vergüenza? —siguió hablando acostado en un sillón, con los ojos fijos en el techo—. Te aprovechas de un menor, obscena.
Bajaste la mirada, triste. Creí que buscarías apoyo apretando mi mano. No lo hiciste.
—Shuu-san, yo no me aprovecho de nadie. —Sonreíste—. Yo amo a Subaru-kun.
Todos te observamos sorprendidos, incluso "Esa Persona". Intentamos derrumbarte antes. ¿Nunca dejarás que lo hagan, Komori Yui?
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Hello. [Yui Komori x Subaru Sakamaki]
Fanfiction«Hola, Subaru-kun» me dijiste con una radiante sonrisa. Tenías las mejillas sonrosadas y el cabello desordenado, marcas en el cuello y parte de tu pecho, los labios algo hinchados, sólo te cubría una sábana y tus ojos desbordaban alegría y amor. La...