Ocurrió como un terremoto, sin una advertencia o una señal de que iba a pasar. Mi único error, o tal vez la única cosa que hice bien, fue quedarme dormida. Intenté convencerme a mí misma una y otra vez sobre ello...pero no funcionó. Cada noche mis intentos por regresar a ese maravilloso lugar fracasan, y también mis memorias sobre él comienzan a ser afectadas, se vuelve difícil recordar su rostro y su voz, pero después de todo, eso es lo que pasa cuando despiertas de los sueños, poco a poco comienzas a olvidarlos.
Desde esa mañana me acostumbré a dibujarlo en mi cuaderno de geometría y a veces en mi libro de historia en el colegio como un medio de concentración repetitivo. Sin embargo, ya no lo recuerdo tan bien como lo hacía la primera vez que lo vi. Debo admitir que una parte de mi sigue ligada a él, su recuerdo me perturba todos los días al igual que el remordimiento por lo sucedido esa noche. Una parte de mí lo extraña y la otra parte sólo desea saber dónde está.
Si mis padres, mis hermanos, o tal vez un ladrón, si cualquiera está leyendo esto, por favor...tengan la mente abierta y entiendan que esto no fue un simple sueño de una adolescente perturbada por la cotidianidad de su vida, fue una aventura, una cita maravillosa, una pesadilla, un primer día en la escuela, un regalo y un accidente. Pronto lo entenderán.
Antes de ir a la cama tomé las pastillas que al igual que mi madre, me ayudaban a combatir el insomnio y las tragué sin siquiera necesitar agua. Mi gato estaba recostado sobre mi almohada favorita -como siempre -descansando como si no hubiera un mañana. La expresión en su rostro me dejó muy en claro que si lo movía me daría un par de zarpazos con toda la intención de lastimarme. De manera cuidadosa me recosté sin provocar ningún movimiento brusco y cerré los ojos. Ese es el último recuerdo que tengo de mí en mi casa. Pasó muy rápido...tan rápido como las luces al apagarse, tan rápido como los latidos del corazón cuando ves a esa persona especial, tan rápido como la maldad haciendo una de sus travesuras. Me quedé dormida sin dudar...ahora me doy cuenta de que eso fue un gran error.
Desperté rodeada de una oscuridad genuina y un frío absoluto que calaba mis huesos. El olor a tierra húmeda y el sonido de los animales me petrificó. "No estoy en casa" pensé mientras intentaba distinguir el lugar en el que me encontraba. Caminé un par de metros hasta encontrar un par de rayos de luna que me permitieron adivinar donde estaba. "¿Cómo llegué a la selva?". No sabía por qué empecé a correr o por qué el miedo me convenció de de usar toda mi fuerza para alejarme de ahí lo más rápido que pude. De repente, me percaté del motivo por el que estaba corriendo tan agitadamente. Una terrorífica criatura de un tamaño monstruoso: una horrenda y gigante pantera negra, me estaba persiguiendo. Sus dientes goteaban sangre y sus ojos asumían el color del dolor mismo. "Me va a matar" me dije a mi misma mientras corría lo más rápido que podía tratando de escapar de ella. Pero de repente, una gran roca voló por el aire hacia mi dirección y me golpeó a un costado de la cabeza ocasionando que cayera en un pequeño lago. El agua empezó a llenar mis pulmones. "Tengo que salir de aquí" fue lo primero que pensé, pero mis intentos de salir a la superficie fueron en vano ya que una fina capa de hielo cubrió el lago rápidamente, como por arte de magia, evitando que recobrara el aliento. Mis esperanzas de salir comenzaron a desaparecer casi tan rápido como mi fe en la humanidad. "¿Así era como iba a terminar mi vida?, ¿ Ahogada, en una selva desconocida lejos de casa? Hubiera deseado tan siquiera poderme haber despedido de mamá".
Justo cuando me había dado por vencida, un pequeño agujero empezó a formarse al fondo del lago, pero antes de que pudiera siquiera pensar en lo que podría haber hecho ese agujero, las garras de la pantera se abalanzaron directamente sobre la capa de hielo en la superficie del lago intentando romperla a toda costa, me había encontrado y ahora sí me iba a matar. Entonces, decidí hacer lo que me pareció lo más lógico: nadé hasta el extraño agujero y me escabullí por allí intentando alejarme de la bestia que me perseguía. Poco a poco mis fuerzas se agotaban convenciéndome de que pronto perdería el conocimiento. La superficie del camino recién formado, lastimaba mis brazos como si de pedazos de vidrio se tratara, causando un dolor insoportable y provocando que comenzara a emanar sangre de mi cuerpo. Todo empezó a desvanecerse ante la inminente muerte que me acechaba, estaba a punto de desmayarme cuando una ligera luz verde se hizo presente a un par de metros de mí. Con las pocas fuerzas que aún me quedaban logré salir a la superficie.
Caí sobre mi espalda al suelo intentando recobrar el aliento desesperadamente. Bastaron segundos para que empezara a llorar desesperada...la imagen de esa pantera aun me perturbaba. "Estuve a punto de morir" susurré llorando con más fuerza. Lo único que deseaba era regresar a casa y tomar un largo baño. Pero mis sollozos fueron interrumpidos por un desconocido pelirrojo que vestía de blanco.
-Hola, ¿estas bien? -preguntó el pelirrojo mientras me ayudaba a ponerme de pie. Negué con la cabeza limpiandome un par de lágrimas de las mejillas.
-Mis brazos...-susurré -ese animal iba a matarme -pero de repente, cuando intenté mostrarle al chico las heridas de mis brazos, éstas se habían desvanecido y mi ropa, al igual que mi cabello, ya no estaba mojada. "¿Qué está pasando?" pregunté sorprendida mientras revisaba una y otra vez mis brazos en busca de los cortes o alguna pista de que había caído en un lago. Sin embargo, no encontré nada en absoluto. -Hace dos minutos yo estaba huyendo de una pantera y caí en un lago...pero ni siquiera estoy mojada ya-respondí atónita. El chico me miró sin decir una palabra, y de forma tranquila, acomodó los mechones de cabello que cubrían mi rostro con la yema de sus dedos. No pude evitar sonrojarme e incomodarme por sus repentinas acciones.
-Tranquila...
-¿Quién eres? -pregunté mientras me alejaba lentamente de él.
-Soy Newt -respondió -,¿y tú?
-¿Dónde estoy? -pregunté confundida.
-¿Sabes que es un hábito descortés no responder cuando alguien te hace una pregunta? -dijo con una mueca traviesa en su rostro y con un tono condescendiente.
-También lo es hablar con extraños -respondí vengativamente antes de alejarme de ese lugar con la esperanza de encontrar el agujero por el que salí, pero ya no estaba ahí. De la misma forma no había rastro alguno de un lago o selva cerca de ahí, ni siquiera a lo lejos. Lo que creí que era un lago se transformó en un gran valle. Algo estaba mal. "¿Acaso me drogaron? No recuerdo nada" me dije a mi misma mientras trataba de reconocer el lugar en el que estaba: el cielo resplandecía en tonos azules y turquesas, todo el lugar parecía cubierto por lo que parecía ser un gran domo semi transparente, y justo a un par de metros de mí había un árbol, un gran y frondoso árbol de color rosa descansando en el centro del valle rodeado de hermosa arena blanca. Si tuviera que describirlo en una sola palabra seguramente sería "inimaginable".
-¿Dónde estoy? -le pregunté a Newt confundida, manteniendo mi distancia de él.
-No tiene un nombre en específico, -respondió como si fuera un guía de turistas orgulloso de su trabajo -pero me he dado el lujo de nombrarlo, yo lo llamo "Dreamland", ¿te gusta? -preguntó esperando mi aprobación mientras extendía sus brazos alrededor del lugar "mostrandome" ese paraíso.
-Dios mío... -susurré atónita mientras cubría mi boca con ambas manos, tratando de contener mis lágrimas.-¿estoy muerta?
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REVERIE -Lista Larga Wattys 2018
FantasiaEl infortunio y la desgracia persiguen a Kay: una adolescente que, después de ir a la cama, despierta en el medio de un bosque siendo perseguida por un animal salvaje. Y aunque parecía que había encontrado una forma de escapar de sus pesadillas, un...