Outro

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-mmmhh...- un jadeo sordo salió de su garganta.

Joder. Sentía su cuerpo caliente, pesado. No podía ver nada, pero aún así parecía como si todos sus sentidos estuvieran a flor de piel. Un calor potente y constante frotando una parte de su torso y piernas. Sus labios pegados a una superficie blanda, tibia pero no demasiado y extremadamente suave, tan suave que mentiría si no dijera que estaba tentado a morderla...pero sobre todo, lo que más lo estaba volviendo loco, cautivandolo de sobre manera, era el increíble y delicioso aroma que estaba aspirando desde hacia una hora. Casi tóxico, demasiado bueno.

Inhaló casi con desespero, lo que fuera que estaba sintiendo en esos momentos, enterrando su cara allí, sin darse cuenta su propio cuerpo también se frotaba lentamente contra esa anatomía tan adictiva y atrayente. 

Dios. No quería detenerse jamás. ¿Desde hace cuanto que no sentía tanto placer junto?

Ni siquiera en las pocas veces que se mansturbaba se sentía ni la mitad de bien que ahora. Por supuesto, era demasiado bueno para ser real...

Demasiado.

Un rayo de luz blanca que se filtró entre las cortinas, le dio en el rostro. Frunció el ceño, auto-obligandose a abrir los ojos, molesto por tener que despertar del increíble sueño húmedo que estaba teniendo.

Levantó un poco su cabeza de la cómoda superficie donde se encontraba y cuando la conciencia medio volvió a su ser fue cuando casi se le cae la mandíbula de la sorpresa.

Mierda. Mierda. Mierda.
No era un jodido sueño.

¿Que demonios?

Claro, Jimin.

Park Jimin se había quedado a pasar la noche con el para cuidarlo.

El día anterior se había levantado con fiebre, el cuerpo pesado y sintiéndose como mierda. Razón por la cual no fue a trabajar, por suerte podía darse ese lujo. Por miedo a contagiar a Tae, le pidió a Yein que pasara a buscarlo.

La estaba pasando tan mal y cuando creyó que su día podía ser peor, el timbre sonó. Descubriendo, al abrir la puerta, lo equivocado que estaba.

A pesar de haber insistido en que no hacía falta que lo cuidara, Jimin se quedó. Lo cuido, lo mimo e incluso le cocinó un delicioso caldo de vegetales.

Así fue que el pequeño rubio terminó pasando la noche con el.

Lo que estaba increíblemente mal, era el hecho de que por alguna razón el estuviera pegándose - y restregandose- a Jimin mientras esté dormía en su cama, y con el rostro enterrado a más no poder en su cuello absorbiendo el delicioso aroma de hombre que salía de este.

Ya se hacía una idea del porque su cuerpo había reaccionado de este manera con Jimin. Para ser francos, sabía que no era la primera vez que le pasaba. Realmente estaba tan necesitado por sentir a Jimin, de llegar un poco más lejos con el hombre. Sin ir más lejos, su cuerpo había reaccionado muy mal cuando Jimin lo desvestía hace tan sólo unas horas, y obviamente sin contar la infinidad de veces que este hacia vibrar su pecho con tan solo una mirada, aunque Jungkook trataba muy fuerte de negarlo.

Esa noche, hace dos semanas cuando había besado a Jimin por primera vez, no habían hecho más que "tontear" un poco en su habitación. Habían acabado dos veces y realmente había sido increíble, pero no fueron más allá de eso. Es decir, fue lo correcto. En ese momento, Jungkook no tenía la menor idea de lo que era tener sexo con otro hombre.

Pero ahora era diferente, no quería dejar pasar un momento más. Ya se había informado e incluso compró una botella de lubricante, la cual estaba muy bien guardada en su mesita de noche.

Damn, If you didn't want me back. -(Kookmin)-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora