Prólogo:
South Carolina, EEUU
Sophie:
Y estaba de vuelta allí de nuevo en mi balcón con lágrimas en mis ojos, sola. En realidad no entendí bien todo lo que pasó, solo nos encontrábamos allá viendo un maratón de The Big Bag Theory como una familia normal, incluso no hubo ningún grito cuando me fui a la cocina a por una lata de Coca–Cola, minutos después volví a mi habitación para encontrar a mi hermana, llorando repulsivamente, con el móvil en su mano, giré para ver a mi padre a horcadas sobre mi madre, haciendo un mal intento de RCP, solo cogí mi teléfono, mi lata de Coca–Cola y me eché a correr.
Está bien, no es lo que todo el mundo haría, pero claramente no soy todo el mundo, nunca lo he sido y lamentablemente, no lo seré...
Solo debo... respirar, no puedo permitirme que esto me afecte tanto, es decir, es mi madre y todo pero ya estuve preparándome para esto, claramente he estado prácticamente sola desde que nació Amy, he perdido a mis padres cada vez más. Solo me queda acudir a Jeff y a mi sentido de la auto conservación – el cual es cada vez más desarrollado gracias a que soy casi completamente independiente – ojalá eso fuera lo único que se necesita.
– Respira, Sophie, eres fuerte puedes con esto, solo levanta otro muro mentalmente ti y todo esto, sí eso haré, no más estúpidas emociones ni seguridades, solo tú contra las injusticias del mundo –Murmuré para mí misma tratando de imitar la voz de Jeff. Eso es todo lo que necesitaba, necesitaba de Jeff. Contenta con mi discurso de aliento, me dispuse a llamarlo.
– Hola, Sophie querida, ¿Cómo va todo? – Me preguntó con su profunda voz característica de un universitario.
Silencio.
– Sophie, ¿Estás ahí?
Respira, solo dile lo que pasó, él entenderá...
– Jeff... – Dije tratando de ahogar un sollozo – Es mamá, ella... yo solo, no sé qué paso... yo solo – Dios mío, no pensé que fuera tan difícil contarle, es decir, en realidad no sé si está muerta o no, aunque después de todo es lo más probable...
– Tranquila Sophie, voy para allá Cariño, ¿Podrías por favor darme más detalles?, quiero decir, rayos, ¿Debo no sé, llamar una ambulancia?, no para mamá, ¿Para ti...?
Me río – Eres un idiota, Jeff, Jajaja, estoy bien, creo – Ese es mi Jeff el que siempre está ahí cuando necesito, que haría yo sin él, claramente preferiría no vivir a tener una vida sin Jeff – Estábamos viento TV, nada raro pasó, yo fui em... a la cocina, y cuando regresé todo era un caos. Jeff, creo que mamá murió – Dije con la peor voz de tranquilidad que he fingido jamás.
Se oyó un murmullo distante.
– Sophie, todo estará bien, soy tu hermano, eres una tonta pero te amo, estaré para ti siempre, incluso cuando mamá no este, siempre me tendrás ahí, ahora saca tu trasero del balcón y abre la puerta para que tu sexy hermano ayude en el infierno que se está formando ahí dentro – Dijo haciendo énfasis en la palabra "sexy". Y Oh.Dios.Mío. Sí que lo es, quiero decir es mi hermano y todo eso, pero Jesús mío...
– Está bien idiota, pero sabes que, si te arranco esa castaña cabellera tuya, no serías tan sexy... –Dije tratando de ocultar el tono divertido de mi voz tras uno de completa seriedad.
– No te engañes a ti misma hermanita, podrías empezar a creerlo... – Soltó algunas carcajadas.
Colgué el teléfono, es un idiota engreído, pero después de todo, es mi idiota engreído...
Entonces caminé todo el tramo entre el gran balcón y sus ventanales hasta la entrada, tratando de ignorar todo lo que sucedía a mi alrededor, finalmente llegué y desbloqueé la gran puerta de entrada. Ahí estaba él con su apariencia fuerte e inquebrantable que hasta a mí me hacía suspirar, pero no era solo su sexy figura de dios griego, era todo lo que él significaba para mí, seguridad, amor... todo lo que una persona necesita de una familia completa lo tenía yo solo lo tenía en Jeff, en un gran paquete alto, bronceado y guapo.
Entró a casa e inmediatamente me abrazo, me perdí en él y empecé a llorar, finalmente no de tristeza, más de alivio y felicidad, ¿Qué hice yo para tener a este maravilloso hombre en mi vida?
– Tranquila Sophie, Shhh, Ya estoy aquí, puedes llorar princesa – Me dio una de esas miradas que derriten tu corazón y te hacen cantar el tema principal de High School Musical.
– Gracias, Jeff – Prácticamente lloré las palabras
– No sé qué haría sin ti, ¿te lo he dicho ya, no? – Una gran sonrisa de dibujó en su rostro tomando ambas comisuras de sus labios, me dio un beso.
– Siempre me tendrás, y si me lo dices casi todos los días, en especial, cuando quieres pizza o alguna de esas cosas – Río y me guiñó un ojo – Si me disculpas Sophie, me encantaría quedarme aquí y hablar, pero el corazón de nuestra madre acaba de dejar de latir... Si no quieres entrar, toma las llaves – Me entregó el llavero de su Chevrolet – Y entra al coche, iré por ti cuando todo esto acabe – Se alejó dándome una completa vista de su ancha espalda. – Ah y trata de dormir, escucha algo de música, vendrán días difíciles y necesitas descansar – Una mirada fraternal se apoderó de su rostro.
– Te quiero cariño, sé fuerte – Se dio vuelta de nuevo y corrió las escaleras a toda prisa
Me encaminé hacia el coche. Ser fuerte. Claro que tendré que ser fuerte... Y mucho, por lo menos tendré a Jeff para ayudarme.
Y me eché a correr por segunda vez en la noche.
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Contigo... No Siempre Es Así.
Teen FictionSophie es una adolescente de 17 años de edad, normalmente, las jóvenes de su edad no tienen ningún otro problemas más que encontrar un chico que las haga sentir especial, pero la vida de Sophie no es completamente normal, su madre, comenzóa desarrol...