Capitulo 1

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Dos Meses Después...

South Carolina

Sophie:

No puedo creer que finalmente esté aquí, ni que mi hermano finalmente haya convencido a mi padre de dejarme venir con él a su apartamento, este debe ser  uno de los mejores días de toda mi vida, sin embargo me hubiera gustado que mi madre no hubiera tenido que morir para que esto pasara, se sintió mal el dejar a mi hermana sola con mi padre, pero estando aquí con  Jeff tengo otro motivo para vivir, para creer que finalmente puedo salir adelante, para enterrar el pasado y construirme un futuro. Continuar con la escuela después de que haya reprobado el curso pasado por tener que cuidar de mi madre mientras mi padre seguía desaparecido y mi hermana estaba en la escuela primaria la cual, según mi madre: " No podía dejar, porque entonces ¿A  manos de quien iba a quedar la familia?". 

Esos horribles días teniendo que aguantar los argumentos con los que mi madre afirmaba que mi vida estaba arruinada, que tendría que vivir de mi padre al igual que lo hizo ella, pero ella no sabe que lo único por lo que en realidad lucho en mi vida es para evitar a toda costa ser como ella, yo, sin lugar a dudas nunca le diría a mi hija cosa alguna como: "Deberías dejar la escuela y ahorrarle a tu padre ese dinero que puede ser invertido en el futuro de tu hermana, sí, ¡Esa sería la perfecta inversión!" o peor: "¿Por qué no dejas de aparentar leer? Si leyeras en realidad harías algo con ese conocimiento" o su favorita y empleada en mis cumpleaños, fines de curso y por supuesto, navidades: "No quiero que salgas mal de esto, Sophie, hay personas que no pueden evitar ser débiles y no importa cuánto luchen, ellas no lo logran, tienes que dejar de ser así con tu familia, nosotros queremos lo mejor para ti y te estamos dando la seguridad de que siempre podrás cuidar de tu hermana y tendrás un apoyo de nuestra parte, es lo único que conseguirás y te aconsejaría tomarlo, no dejarlo y tratar de conseguir algo mejor y quedarte con las manos vacías".

Esos días son justamente los que quiero dejar atrás, pero a quién engaño, nunca ha salido nada bien en mi vida,  mi padre hace algunos años me hubiera dicho: "Lo que importa mi querida Sophie, lo que importa, es que tengas salud". Pero no tiene razón, con mi vida no estoy logrando llegar a ningún lado, solo a más conclusiones de lo que en verdad es la vida. La vida, no es más que la sucesión de hechos lamentables y "no tan lamentables" ocurridos desde el Nacimiento hasta el Fallecimiento de un ser vivo, donde puede que se haya llegado a ser alguien que dejó una huella en el mundo, así fuera pequeña, o alguien como yo, que simplemente se pasa los días, meses, años, tratando de encontrar una razón lo suficientemente buena para no tener que acabar con esa misma vida antes de que llegue a su fin por una manera natural. Esos días son los que con ayuda de Jeff dejaré atrás.

–Sophie, ¿Estás despierta? – Gritó Jeff desde el otro lado de la puerta de la habitación, mi nueva habitación, justo al lado de la suya.

– Ahora lo estoy, gracias por eso, pensé que estaba en coma Jeff – Dije con mi mejor tono sarcástico. Me levanté de la cama y abrí la puerta

– Entra – Le ordené mientras tendía la sabana en mi cama.

– Como usted desee princesa Sophie – Y entonces hizo una reverencia digna de la mismísima reina de Inglaterra y  yo rompí en risas. Minutos después de risas compartidas, logré formar palabras:

– Eres un idiota – Miré el reloj. – Oh dios mío, Jeff debemos ir a la escuela, ¡Llegaré tarde el primer día! – Claramente, se olvidó de despertarme como le dije ayer mientras le daba la lista de cosas que debía compararme para el primer día del décimo grado. El muy idiota, esperen huele a tocino.

– Jeff, ¿Sigo soñando o huele a tocino? – Dije mientras me levantaba y me dirigía a la cocina con Jeff a mis espaldas.

– Sí, lamento mucho que no tengas tanto tiempo para arreglarte, pero estaba haciéndote un desayuno especial y  se me pasó el tiempo – Dijo mientras me acercaba una silla del comedor de madera pulida de cuatro puestos.

– Gracias, Jeff, no tenías que hacer esto – Pero gracias a dios que lo hizo por que olía igual a el desayuno que tome la primera vez que fui a Disney World.

– Los huevos se ven mal pero no lo están, al menos no como los primeros – Se rió y levantó una ceja.

– En ese caso no estoy segura de querer comerlos – Dije mientras tomaba el primer bocado de aquella mezcla desconocida amarilla y blanca. Wow en realidad saben muy bien.

– Wow Jeff, están buenos – Miré el reloj. Rayos, solo tengo cuarenta minutos para prepararme. – Jesús, cuarenta minutos, gracias por el desayuno, Jeff – Dije mientras corría hacia el baño – Espera me llevarás a la escuela, ¿cierto? – Pregunté mientras me desvestía y entraba a la ducha

– Claro querida, estaré listo cuando tú lo estés, lo que ojala sea pronto porque no me estoy haciendo más joven y debo ir a trabajar

– Está bien, gracias – Jeff trabaja en una  firma importante de ingenieros a la que llegó gracias a la recomendación de uno de los profesores de la universidad a la que asistió, donde se graduó con honores, logró ingresar apenas un mes finalizada su educación superior, mis padres, esperaban tanto de él como de mí, por lo que prácticamente no se inmutaron respecto a sus logros de magnitudes monstruosas.

Luego de haberme puesto unos jeans ajustados color negro y una camisa polo rosa con encaje, recogí mi cabello, me cubrí en perfume y fui a la cocina donde Jeff me esperaba ya vestido como un modelo de Ralph Lauren.

–Wow, te ves hermosa Sophie, ¿Algún motivo en especial? – Me pregunto él. En realidad, no soy la más bella de las mujeres, pero con mi metro setenta, mi cabello castaño ondulado hasta la cintura y las facciones de muñeca Barbie que herede de mi madre, logro obtener las miradas de algunos chicos con facilidad.

– No en realidad – Dije mientras me sonrojaba

– Entonces vamos asegúrate de llevar todo – Dijo  tomando mi mochila de Snoopy, mientras yo amarraba mis Vans nuevos

– Jeff....Gracias – Murmuré mientras me apoyaba en su firme y suave pecho impregnándome de su masculino olor y depositaba en él un abrazo

– No tienes que agradecerme nada, cariño, recuerda que ahora somos solo tú y yo contra el mundo – Murmuró contra mi oído  dejando un caluroso beso en mis pómulos.

– Lo sé... ¿Sabes?, contigo aquí, no extraño mucho a mamá – Dije y le guiñé un ojo. Se rió.

– Yo sé que no, pero si prefieres, también puedo decirte lo mala que eres, así no la echarás tanto de menos – Estallé en carcajadas – Jajaja, ¿No dejas de lado tu sarcasmo ni aunque sean las 6 am? Te quiero, Jef

– Es imposible no quererme, cariño – Gritó con una expresión seria

– Y ahí está el señor ego de nuevo – Gru

– Yo te quiero mucho más, Sophie, en realidad no sé qué haría sin ti... – Suspiró – Seria como ser solo una persona sexy sin una misión en la vida, estoy muy feliz de tenerte conmigo al fin – Y me abrazó, levantándome del suelo y metiéndome dentro del coche

– Ahora, a empezar ese nuevo futuro del que tanto hemos hablado, princesa

Oh sí, ese futuro, con el que he soñado toda mi vida, casi lo olvido...

Contigo... No Siempre Es Así.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora