Christina era una chica extrovertida, sobresaliente e inteligente. Podía citar los más increíbles versos de libros y/o poemas en un santiamén si se lo preguntabas y si no, también lo hacía. Su pasión era la literatura, había leído cientos de libros...
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Últimamente sueño mucho. Con cosas que eran cotidianas y hacían que todo sea más divertido, como dormir junto a la chimenea luego de ver una película con los gemelos o comprar pinturas con Sam e ir al parque de diversiones a las afueras de la cuidad juntos a los chicos mientras nos montavamos en cada montaña rusa que veíamos, lamentablemente Caleb sufría malestares horribles cada vez que se subía a una, pero nunca dejó de subirse para superar su miedo a las alturas.
Aún que aveces esos sueños suelen ser interrumpidos por pesadillas que no me gustaría nombrar precisamente.
Sólo quiero seguir soñando y no parar jamás.
Pero casi siempre me pregunto que sería salir de la burbuja de pena y angustia en la que me he encerrado, para buscarlos y ver las cosas que han hecho estas últimas semanas.
Claramente sería un alma en pena buscando a mi seres queridos. Siendo franca eso ya no me importa.
¡Eso es lo que haré!.
Saldré en busca de ellos, no me importa estar muerta, los cuidaré desde las sombras, se que será difícil verlos otra vez, pero únicamente debo ser fuerte.
Por otro lado, alguien más en la cuidad está teniendo un leve presentimiento de incomodidad por algo. Creó que tiene un pequeño sentimiento que ya ha experimentado mucho antes.
Tal vez es el miedo de ser descubierto o el simple hecho de pensar en donde dejaría el cuerpo sin vida de una muchacha de dieciocho años que conocía prácticamente a la cuidad entera.
