-¡Kookie es tan adorable, lo comería a besos!-chilló Hoseok atrayendo al menor hacia su pecho mientras este trataba de alejarlo sin tener éxito.
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C I N C O A Ñ O S D E S P U É S.
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-No puede ser...-Balbuceó el mayor viendo c...
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-¿Qué ocurre cariño?
Jungkook se sorprendió al ver a su hyung despierto a las tres de la mañana.
-Nada hyung, solo pensaba en que mañana deberé presentarme personalmente con los profesores y eso me tiene despierto e inquieto-Río nervioso volviendo su vista al techo blanco-Además el sofá es horrible, siento que tengo un palo enterrado en el culo.
-Wow, los niños de ahora, tan educados y bien hablados-Jungkook sonrió divertido-Conozco a casi todos los profesores y son geniales, los amarás como ellos a ti-Acarició su cabello y se sentó a un lado de él-Ven a mi cuarto, será la primera vez que nos dormimos juntos después de cinco años ¿No es muy loco?-Preguntó entusiasmado.
El menor sonrió para sus adentros, su plan había funcionado nuevamente. El sofá era sumamente cómodo pero la idea de acostarse con Hoseok provocaba que sintiera un zoológico en el estómago, y un conocido cosquilleo en sus partes bajas.
-¿No te molesta?-Puchereo acariciando la espalda del mayor por debajo de la ropa.
“Demasiado íntimo”Se estremeció Hoseok ante el tacto frío.
-¡Claro que no! Podré protegerte de todos los monstruos que estén debajo de la cama o escondidos en el baño.
Jungkook enrojeció furiosamente, queriendo golpear al niño asustadizo que era en el pasado.
-¿Te acuerdas cuándo te excusaste con tus padres de que había un monstruo en el lavabo y no te quisiste bañar por una semana? ¡Apestabas y te terminamos bañando con la manguera!-Explotó en risas avergonzando desde la cabeza hasta las puntas de los pies al pelinegro.
-¡Callate, no te escucho, lalalalalala!-Se puso en la cabeza la almohada intentando ahogarse si era posible.
-¡O cuando te measte en mi cama porque soñaste que un teletubi te secuestraba!
-¡Basta!
Hoseok se sorprendió al tener el gran cuerpo de su dongsaeng sobre el suyo en una fracción de segundos, sus mejillas rojas y mojadas por las lágrimas que se le escaparon de tanto reír, su respiración irregular mirando los ojos oscuros de su menor, los cuales le intentaban transmitir un mensaje que lamentablemente no podía comprender ni descifrar.
