Sobreprotección y libertad.
Hay una diferencia abismal entre ambas palabras.
Por un lado la sobreprotección no te deja avanzar, siempre estarás encerrado, en una burbuja, en una pequeña cápsula de cristal, en la que jamás podrás ser.La dificultad está en saber quién quieres ser, si quieres ser tú mismo, o ser quien lo que los demás quieren que seas.
Y es ahí cuando la libertad, aparece.
Como un pequeño atisbo de luz al final del túnel, un pequeño y efímero rayo de esperanza que te permitirá romper con todas las barreras que esa sobreprotección ha creado, haciendo posible que hasta el gusano más pequeño se convierta en una única y majestuosa mariposa.Porque sin libertad siempre seguirás enjaulado, como la rosa que otorgaba vida a la bestia, hasta que llegue el dia en el que la soledad marchite algo tan delicado y puro como tu alma.
Sin dejar que pienses y sientas por ti mismo, sin dejar que actúes por impulsos o instintos, que es lo que realmente hace que nos sintamos vivos.
Que sintamos la vida en todo su esplendor.
Al fin y al cabo hemos nacido para vivir, para equivocarnos, caerse y volverse a levantar.Por qué cada tropiezo o caída te enseñara, que las nubes grises también forman parte de un paisaje.