Pequeñas cosas.
Estamos tan pendientes de las preocupaciones que nos perdemos lo maravilloso de la vida, esas pequeñas cosas de las que todo el mundo habla, pero que pocos aprecian.
Pequeñas cosas como una flor, una pequeña carta, una mirada o una sencilla sonrisa. Lo mejor de todo es que estas pequeñas cosas pueden hacer que la vida de otra persona cambia radicalmente.
Como un Ferrari que pasa de cero a cien en décimas de segundos, una sonrisa o una mirada complice tiene el mismo efecto, por mucho que pensemos lo contrario.
Jamas sabrás la reacción que causas en otra persona que si que aprecie tus virtudes, pero aun mas tus defectos, esa persona, esa persona es la que será capaz de convertir estos defectos en tus mayores virtudes.